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Con corazoncito radical e interesado por la cosa pública

27 diciembre de 2016

Nicolás Dujovne, para los que siguen el debate económico del día a día, es un miembro importante entre los gurúes de la city. Sin, quizás, “la chapa” de un Miguel Angel Broda o Miguel Bein, pero siempre lúcido, informado y ocurrente. Más aún desde que levantó el perfil mediático como columnista especial en el programa “Odisea Argentina”, que conduce Carlos Pagni, todos los lunes cerca de la medianoche en TN. Sus informes semanales, que salen (o salían) los lunes cerca del mediodía, son muy leídos entre empresarios, bancos y periodistas, así como sus columnas en los medios de comunicación, que siempre invitan a la reflexión.

Con 49 años, su experiencia laboral se cimenta en el sector privado, aunque también ejerció cargos públicos durante los '90 cuando Roque Fernández conducía el MECON y Carlos S. Menem, la República. Su paso fue por la Secretaría de Hacienda, épocas en la que la dirigía Pablo Guidotti, quien fuera profesor suyo en la UTDT. Luego, con la llegada de la Alianza, siguió y fue designado representante del MECON ante el BCRA. Iba a las reuniones, pero no tenía voz ni voto. Se fue junto del Gobierno junto a José Luis Machinea, cuando llegó Ricardo H. López Murphy.

Antes y después de ese pasó por la función pública, fue economista jefe del Banco Galicia durante un periodo extendido. Luego, en la era del kirchnerismo, pasó, con Nicolás Dujovne & Asociados, a la consultoría económica hasta que fue convocado para el máximo desafío de su vida. Se formó en la UTDT, y luego en EE.UU. Casado y con hijos y vecino de Belgrano, tiene una cadencia mansa para hablar, como Alfonso Prat-Gay, con quien tiene una buena relación, y es muy claro a la hora de explicar sus ideas. El tema que mejor conoce es la relación entre la política fiscal y la monetaria, un área de estudio siempre interesante en Argentina.

Siempre siguió con atención la cosa pública y tuvo participaciones informales en distintos espacios de debate. Por ejemplo, el Grupo Molière allá en las épocas de la gran crisis de 2001, adonde tuvo una participación marginal y de la mano del economista, y amigo, Federico Poli.

Radical

Siempre tuvo un corazoncito radical y en la última campaña estuvo en los equipos técnicos del mendocino Ernesto Sanz, aunque siempre mantuvo diálogos con el mundo PRO. Como otros integrantes del equipo (entre ellos, Agustín Campero), Dujovne ahora se suma formalmente al Gobierno. En 2011, estuvo cerca de Ricardo Alfonsín. Su simpatía con los boinas blancas proviene, como casi siempre ocurre, de la familia: su padre, el arquitecto Berardo Dujovne, quien fuera decano de la FADU de la UBA, militaba en el partido de Hipólito Yrigoyen, Leandro Alem y Raúl Alfonsín.

Cuentas claras

El economista Ariel Rajnerman, que trabajó para Dujovne en su consultora y ahora está en Roubini Global Economics, dice: “No me esperaba la salida de Prat- Gay en este momento”. Sin embargo, en diálogo con El Economista desde Londres, plantea que “no me sorprende la elección de Nicolás, que está muy capacitado y tiene mucho diálogo con el Gobierno”. Agrega Rajnerman: “No me imagino grandes cambios ni anuncios rimbombantes en el corto plazo. La idea del gradualismo va a seguir, pero imagino que Nicolás va a tener mucho más cuidado en no aumentar gastos innecesariamente”.

Un colega suyo, que también conoce muy bien al nuevo ministro de Hacienda, dice que “no es un fiscalista” ni es partidario de un shock, aunque reconoce que Dujovne cree que debe haber metas fiscales plurianuales y algo más exigentes. “Para 2018 y 2019, ya no conocemos cuál es el objetivo del Gobierno. Tampoco tenemos una visión precisa de lo que piensa en materia fiscal”, escribió Dujovne, y agregó (hace unos días en La Nación) que el rojo llegaría a 5,6% del PIB en 2016 si no se computaran los ingresos extraordinarios del blanqueo.

En otra, también reciente, dijo que si persiste el Estado gigante y se aumenta el déficit fiscal, se “terminará ahuyentando a quienes le prestan a la Argentina” y “la única fuente de financiamiento alternativa volvería a ser la inflación”. Máxime cuando hay cada vez menos inversores, por otros motivos, dispuestos a invertir en renta fija criolla. Un camino complicado y en el que Dujovne no descarta un acercamiento con el FMI (pequeña excepción: lo dijo como analista, y no como funcionario).

“Me imagino que la prioridad de Nicolás va a ser traer tranquilidad a los mercados ofreciendo mejor comunicación y más visibilidad respecto adonde se quiere ir en el mediano plazo en lo fiscal”, agrega Rajnerman.

¿Política industrial, comercial o distributiva? Poco y nada. El gabinete económico, más aún ahora, estará más disgregado que nunca y la incidencia de Dujovne será muy acotada. Su rol será cuidar la caja e ir cumpliendo las metas de déficit fiscal, siempre bajo la atenta mirada de Marcos Peña, el gran ganador de la salida de Prat-Gay, y Mario Quintana y Gustavo Lopetegui. Fue, precisamente, el ex CEO de Farmacity, con quien tiene muy buena relación, quien lo sondeó el jueves pasado para el cargo. Para que siga siendo así, deberá mostrar resultados, y rápido.

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