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Cerramos el año con bastante preocupación”

02 diciembre de 2016

Entrevista a Marcelo Senatore, Presidente de la Federación de Distribuidores de Insumos Agropecuarios

Mientras por un lado la venta de fertilizantes se reactivó significativamente este año a partir de las modificaciones macroeconómicas que aplicó el Gobierno Nacional, tales como la rebaja de las retenciones y la eliminación de los cupos para la exportación, el sector semillero ingresó en una etapa de fuerte incertidumbre, sobre todo en el caso de los multiplicadores, que no están incluidos en la propuesta oficial. Es que finalmente la nueva ley de semillas no será tratada este año, y el Instituto Nacional de Semillas (Inase) continuará en 2017 como máxima autoridad para la fiscalización del origen de las semillas de soja, tal como lo estableció el Gobierno Nacional después de varias peleas con Monsanto a causa del cobro a los productores por el uso de las tecnologías en forma ilegal.

En un marco de debate de las diferentes posturas por parte de las entidades de la Mesa de Enlace, las industrias y las empresas acerca del uso propio y los límites a la multiplicación, Marcelo Senatore, presidente de la Federación de Distribuidores de Insumos Agropecuarios (FEDIA) que nuclea al sector, le aseguró a El Economista que se vive un clima de “mucha inquietud”.

El debate sobre la ley de semillas ha sido intenso durante 2016, ¿consideran que fue escuchada la voz de los semilleros multiplicadores?

No nos deja de preocupar que la figura del semillero multiplicador no esté presente de forma explícita en el proyecto de ley del oficialismo. Desde un principio esto nos generó mucha inquietud y nos obligó a asumir una actitud proactiva. Creo que lo más destacado es haber formado parte del debate en la Comisión de Agricultura y Ganadería de la Cámara de Diputados de la Nación, en la pudimos dejar claramente definida nuestra postura.

¿De qué modo esperan ser incluidos en la futura ley?

Si el mercado de semillas funcionara con total control y racionalidad, entonces los semilleros multiplicadores pasaríamos a tener un rol naturalmente importante. El problema podría presentarse si la ley dejara zonas grises que dieran lugar a que el papel del semillero sea asumido por distintos actores de la cadena de forma irregular. Nosotros creemos que estas prácticas desleales podrían ser controladas mediante la inclusión del criterio de no incrementalidad y, además, mediante el necesario fortalecimiento del Inase.

¿Están de acuerdo con el proyecto oficial que establece un máximo de tres multiplicaciones para el uso propio?

Nosotros no estamos en contra del uso propio en sí mismo. Entendemos que un uso propio oneroso y no incremental no tiene por qué perjudicarnos, ya que nosotros seguiríamos siendo los únicos capaces de proveer semilla certificada y de calidad. Todo lo que está por fuera de eso debe ser combatido, y con eso sería suficiente para que cada uno asuma el lugar que le corresponde dentro de la cadena.

¿Cómo cierra el año para los distribuidores de insumos, y qué expectativas tienen para el 2017?

En nuestro caso puntual, la comercialización de insumos agropecuarios en general mejoró respecto del año anterior. La contracara de esto es, una vez más, el tema de las semillas. Digamos que la reactivación se siente en el sector, y ha sido evidente durante todo 2016. No obstante, seguimos con una serie de dificultades que esperamos sean superadas. Al menos parece existir la voluntad política de resolver una gran variedad de temas sobre los que hasta ahora se miraba para otro lado. Confiamos en que todos los actores que integran esta cadena se sumen en forma positiva y no aparezca nadie que intente prolongar aún más las decisiones que hay que tomar, ni ponga palos en la rueda.

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