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Para los empresarios, la industria textil está en riesgo

18 noviembre de 2016

El combo incluye caída de la demanda interna, suba de costos al compás de la inflación, presión impositiva récord e importaciones que no dejan lugar a la competencia. Esto es lo que plantean empresarios que se desempeñan en distintos eslabones de la cadena de valor textil e indumentaria. Para ellos este año está terminado y con viento a favor y medidas adecuadas, la tendencia podría quebrarse recién hacia el segundo trimestre de 2017.

Un informe de la Federación de Industrias Textiles Argentinas (FITA) señala que en el tramo final de 2016 el cuadro de situación del sector es de “alrededor de 4.500 suspensiones en los primeros nueve meses del año, con un descenso interanual brusco, entre septiembre pasado y el mismo mes de 2015, en la producción, en simultaneidad con ascensos meteóricos en las cantidades importadas, con subas que van del 25 al 108%, de acuerdo con el tipo de producto”.

Según FITA a septiembre pasado, las cantidades importadas de prendas de vestir se incrementaron 33%, en tanto los ingresos de hilados lo hicieron en 25,8%, los tejidos 23,4% y las confecciones un 37%. En este marco se destaca el “fuerte aumento al país de toallas y sábanas, de 107,8% y 100,5%, respectivamente”, explica la entidad.

Para la gremial empresaria hay un exceso de stock mundial y una “producción apalancada en salarios muy bajos y condiciones laborales menos que básicas”. En base a lo que denomina como competencia desleal en los países del sudeste asiático, mientras en Bangladesh los salarios no alcanzan los US$100 mensuales, en Vietnam son de US$120 y en China US$135. En contraste en Argentina el promedio salarial ronda los U$S490.

La cruda realidad

“El problema del consumo es el más importante y atrás pegadito las importaciones. La caída del consumo tiene que ver con la pérdida de poder adquisitivo y el miedo de la gente a perder el trabajo”, asegura Marco Meloni, presidente de las empresas Italcolore (tintorería industrial) y Filotex (hila dos y tejidos). Para el empresario en algunas semanas “arrancará un 2017 complejo” para el sector textil. La clave pasa por “trabajar en la administración del comercio y que la gente esté un poco más tranquila en cuanto a su trabajo”.

Desde hace meses los empresarios de toda la cadena se quejan por el volumen que adquirieron las importaciones de bienes intermedios y finales (indumentaria) en esta industria, que emplea casi 420.000 trabajadores. Hoy la pelea es por el nivel de actividad y la conservación de los puestos de trabajo, amenazados en gran medida por los productos importados.

Meloni indica que “cuando el sector textil tuvo una participación de entre 55/60% de producción local, estuvimos trabajando a tope, pero hoy está en 40/45% de productos nacionales en el mercado y el resto, importados”.

Por su parte, Teddy Karagozian, CEO de TN&Platex, la mayor hilandería del país, subraya que “el sector textil solamente anticipa lo que luego le pasa en otros, no es que es una industria peor que otras”. Consultado sobre la lenta recuperación que el Gobierno anuncia en la producción industrial, el empresario destacó que “no vemos brotes verdes todavía, no vemos razones para que haya brotes verdes, las importaciones siguen entrando”.

Reconversión productiva

Desde hace meses el Gobierno tiene en estudio un plan de reconversión industrial de sectores a los que considera “no competitivos”, entre los que menciona a la electrónica y los textiles. Respecto del sector tecnológico, ya anunció la eliminación del arancel de importación del 35% para notebooks, netbooks y tablets, con el fin de “mejorar la productividad de la economía”. En cuanto a la industria textil, saben que el camino no puede ser el mismo por el peso que tiene en la generación de empleo y el nivel de actividad de innumerables localidades del interior. Desde el sector argumentan que el proyecto puede tener efectos nocivos en la indsutria textil.

“Se demonizó a la industria en base a un diagnóstico errado y ahora la industria está en un círculo vicioso, con un dólar regalado y una sociedad que por temor, no consume. No vemos recuperación y tampoco estamos en el top of mind ni del presidente ni de los ministros”, afirma Karagozian. Y añade: “Las industrias como la metalmecánica, la textil, el acero o el plástico, todos somos los portaaviones alrededor de los cuales existen las pymes y los servicios. Cuando vos eliminás el portaaviones, la flotilla no tiene fortaleza y se hunde”.

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