El embajador argentino en Estados Unidos parece decidido. Fue protagonista de un encuentro promisorio en su última visita a la Ciudad, con el radicalismo porteño como anfitrión, que sirvió para volver a instalar sus pretensiones. Y mantiene un buen nivel de imagen positiva e intención de votos en el distrito donde disputó mano a mano, con susto incluido para el oficialismo, la jefatura de Gobierno, el año pasado. Pero todavía evalúa si dar la pelea en 2017, como le aconseja parte de su entorno, o esperar a 2019, para reeditar la batalla de fondo, con el riesgo de que la disposición de las piezas en el tablero varíe.
De todos modos, la dificultad más palpable que tiene hoy Lousteau es mantener los contornos de la coalición de espacios que llevó su candidura (Suma+ en ECO), cuando hasta hace poco el objetivo era ampliarlo. El primer llamado de atención lo tuvo de parte de la diputada nacional Elisa Carrió, su principal impulsora durante las elecciones pasadas (de hecho, el lilito Fernando Sánchez fue su compañero de fórmula). Mantiene una relación más distante con el embajador, con algunos desaires incluidos. “No hablo, no contesto. Lo decidirá el embajador en su momento”, señaló el fin de semana pasado, en una entrevista con La Nación, cuando se le preguntó expresamente sobre su (¿ex?) delfín porteño.
Varias aristas cuestiona la diputada. Por un lado, que Lousteau se haya recostado demasiado en actores con los que tiene viejas reyertas, como el radicalismo porteño de Juan Nosiglia. Por el otro, porque sostiene que la postulación de Lousteau, enfrentando al PRO en la Ciudad, podría herir la marcha de la coalición a nivel nacional, en un distrito que el partido de gobierno gestiona desde 2007. En sectores cercanos a Carrió hablan de “compromiso estratégico” con Cambiemos, aunque Cambiemos no exista en Buenos Aires. La chance de que Carrió pueda decidirse por la Ciudad, y no por la provincia de Buenos Aires, como había dejado entrever hace tiempo, es una chance que podría obturar las pretensiones del actual embajador. A su vez, el hecho de que no exista la coalición electoral en la Ciudad, como en el resto de las provincias, abre conjeturas.
El segundo punto de alerta durante las últimas horas fue el apoyo público del jefe de Gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta, rival de Lousteau en el balotaje de 2015, a Graciela Ocaña para que ocupase la autoridad en la vacante Defensoría del Pueblo. Ocaña, precisamente, forma parte de ECO con su espacio Confianza Pública y enfrentó al embajar en las primarias para apoyarlo luego. El apoyo de Larreta y la buena sintonía que Ocaña estableció con los gobiernos nacionales y de la Ciudad del PRO hacen pensar en otra pérdida de aliados.
“Perdimos por 40 mil votos. Dimos lo máximo, hicimos una campaña de acuerdo a nuestros principios y prefiero perder con esos principios que ganar haciendo cosas de las que después me voy a arrepentir”, señaló hace unos días a Clarín, para ratificar sus pretensiones. A la espera de ampliar el contorno de aliados. O, por lo menos, no cederlos. A la espera de definiciones sobre su estada en Washington.
