Desde que Donald Trump ganó las elecciones los mercados bursátiles de los países desarrollados crecieron fuertemente. Wall Street está al frente de esa tendencia porque ha construido un relato casi idílico de lo que puede ocurrir con Trump en la Casa Blanca.
Los inversores ven un escenario de mayor crecimiento impulsado por la rebaja de impuestos, la inversión en infraestructura y el recorte de regulaciones. Además creen que los aspectos más ríspidos de las propuestas de Trump como son las sanciones comerciales a los principales socios de Estados Unidos finalmente no se pondrán en práctica. Sin embargo, comienzan a escucharse voces que aconsejan más cautela.
Las advertencias
Bill Lee es el jefe de Investigaciones Económicas del Citi y advierte que la economía recién podrá sentir los efectos del estímulo fiscal en 2018. Otros analistas como Gerald Seib de The Wall Street Journal sostienen, que si bien los republicanos son mayoría en ambas cámaras, muchos de ellos son reticentes a impulsar el gasto público y le tienen fobia al déficit fiscal. Las regulaciones, por su parte, no son tan fáciles de desmontar porque hay muchas restricciones para hacerlo. Por lo tanto, no hay fundamento para sostener un escenario tan favorable como el que vislumbran los mercados financieros. Pero los analistas coinciden en que Trump no será tan agresivo como dijo en los temas comerciales.
