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Lo que dejó la marcha

21 noviembre de 2016

Eduardo van der Kooy, “La corrupción no tapa la economía”, Clarín.

“Mauricio Macri comparte una suerte con una desgracia. Su suerte sería el empeño con que Cristina Fernández pretende confrontar con él cada vez que una causa de corrupción la complica. Su desgracia seguiría encallada en la realidad económica. Los brotes verdes se marchitan rápido. El segundo semestre, vendido por el macrismo como un despegue, morirá sin demasiadas novedades.

“La esperanza está ahora estacionada en el amanecer del año próximo. En octubre serán las elecciones legislativas cruciales. Nada hace presumir que la marea delictiva kirchnerista de la “década ganada” vaya en ese tiempo a evaporarse. Quizá ocurra lo contrario. Podrían empezar a desentrañarse algunas de las investigaciones (?)

“En la opinión del ministro de Hacienda la situación actual podría parangonarse con la del 2009 cuando Néstor Kirchner y Cristina perdieron los comicios parlamentarios. Con un agravante, tal vez. La victoria de Donald Trump en Estados Unidos inundó de dudas los mercados internacionales. El valor de las materia primas cayó en la primera semana. Se trata de la columna vertebral de las exportaciones argentinas. También Brasil aporta su cuota con la crisis política siempre latente y una economía amesetada. Que al menos parece haber dejado de caer. Aunque la onda expansiva en nuestro país persiste. La industria automotriz viene limitando su tarea, en promedio, a 3 o 4 días por semana. Hay una capacidad instalada ociosa del 40%. Y mano de obra sobrante. La llegada del verano y las vacaciones podrían enmascarar la anomalía”.

Joaquín Morales Solá, “Descontentos y oportunistas”, La Nación.

“Varios de los empresarios argentinos (muchos medianos y pequeños, pero también algunos grandes) podrían haber estado el viernes en la manifestación de cegetistas y piqueteros. No para reclamar por la emergencia social, sino por la emergencia propia. El consumo se cayó desde septiembre, después de un leve crecimiento en agosto. La caída del consumo expresa la precaria situación de los consumidores y, a la vez, coloca en situación crítica a la economía de las empresas.

“No hay consumo que salga ileso después de una inflación que superó el 42% en 12 meses (a estas alturas del año pasado, con Cristina Kirchner en el poder, la inflación ya era muy alta) y con importantes aumentos en las tarifas de servicios públicos. Sincerar la economía y crear las condiciones para la inversión no fue nunca una tarea políticamente popular. El Presidente lo está sintiendo con la vacilación de sus simpatizantes (?)

“El malestar no comprende sólo a los trabajadores sindicalizados o a los marginados; también incluye a los sectores medios y profesionales. Una caída del PBI del 2,2% para 2016, como prevén los economistas privados, siembra demasiado enojo y muy poca alegría (?)

“Macri necesita un Metrobús nacional para las próximas elecciones”, dice un encuestador. Algo distinto, visible y disruptivo. No hay un Metrobús a la vista, porque las propias obras públicas se demoran. Primero revisaron las costuras de la corrupción y ahora muchos funcionarios le temen a la firma. Revisan los expedientes del derecho y del revés. Macri tendrá que inventar un Metrobús político y metafórico. Lo aguarda un año clave para su destino de presidente”.

Mario Wainfeld, “Pobres trabajadores”, Página 12.

“El oficialismo cavila sobre qué hacer con el proyecto de ley de Emergencia Social, que cuenta con media sanción del Senado. La prioridad es cajonearlo o “dormirlo” en Diputados para que pierda estado parlamentario. El second best (por usar una licencia poética) es el veto del presidente Mauricio Macri si la Cámara Baja consigue sancionar la norma. El minué repite lo sucedido con la “ley anti despidos”, mucho menos ambiciosa en su contenido ya que se trataba solo de una “tregua social”. Ninguna tregua hay, ni la habrá mientras Cambiemos tenga oxígeno paratratar de seguir avanzando en pos de su proyecto de país contra una protesta social creciente. “Los indicadores económicos y sociales del macrismo siguen siendo deplorables en las vísperas del primer cumpleaños. Los voceros oficiales bucean en datos absurdos, entre ellos el aumento de las exportaciones de arándanos o las promesas de inversiones no natas, o el fantaseado “rebote” de la economía brasileña tras el derrocamiento de Dilma Rousseff. Todos los presagios son desmentidos ipso facto mientras las propias corporaciones empresarias se muestran preocupadas porque “esto no arranca” (?)

“La economía política M viene cumpliendo su labor. Se redistribuyó regresivamente el ingreso, bajó el consumo popular, la estabilidad de los laburantes está en vilo tras doce años sin despidos masivos. Pero la refundación neoconservadora necesita forjar su propia legalidad, que implica derogar o limar las conquistas de doce años de avances, tan innegables como insuficientes”.

Mauricio Maronna, Los islotes del peronismo, La Capital de Rosario.

“El peronismo, sin un liderazgo unívoco, no es peronismo. Y esa es hoy su principal ausencia. El único liderazgo omnímodo es el de Cristina, pero en apenas una parcela, el del kirchnerismo duro. El resto de los protagonistas que formó parte del anillo de poder partió hacia nuevos rumbos.

“Cristina complica y mucho el rearmado del PJ. Nadie tiene allí ni siquiera la mitad de votos propios que la ex presidente cosecha en provincia de Buenos Aires y, en menor medida, en el resto del país. Lo que le impide a la mujer que gobernó 8 años la Argentina volver a transformarse en alternativa es el rechazo amplísimo que cosecha fuera de su núcleo de adherentes (?)

“Esa dispersión peronista es el único brote verde del gobierno nacional, en momentos en que la economía sigue sin arrancar.

“Puede decirse, aunque suene políticamente incorrecto, que el principal indicador que tiene Mauricio Macri para ganar o perder las elecciones de 2017 es el estado del peronismo. En un escenario que, cuanto menos, podría llegar a dividir a la oposición justicialista en dos ?y en tres si se considera a Sergio Massa? debería ser muy mala, casi pésima, la performance electoral del oficialismo para no llegar a un 35/38 por ciento de los votos. En un escenario picado, el que logre ese porcentaje cantará victoria.

“Y ahí aparece, como siempre, la madre de todas las batallas: la provincia de Buenos Aires. La gran electora, tal como vienen las cosas, será la gobernadora María Eugenia Vidal. Por eso, se entiende el infernal operativo de marketinización alrededor de la chica de la tapa, que es noticia central hasta cuando almuerza una ensalada en un McDonald's del conurbano. Ya se escribió en esta columna: Vidal está angelada”.

Walter Curia, “La reactivación es un sueño eterno”, Río Negro.

“Cuando falta menos de un año para la elección de medio término, la reactivación es un sueño eterno. El último pronóstico apunta al segundo trimestre de 2017, y anuncia incluso una recuperación despareja, con algunos sectores consolidados y otros que seguirán rezagados, sobre todo los que producen bienes de consumo masivo. Los indicadores podrían contrastar contra los peores de este año, dicen algunas voces oficiales, pero el efecto es nada más una ilusión (?)

“El arco otra vez se aleja. Por momentos el gobierno transmite que la recuperación ya no depende de sí mismo. Y puede que sea cierto, a juzgar por cómo han caído los dados en el mundo. En algunos despachos ya se habla de volcar la agenda a temas como la transparencia, la lucha contra la corrupción, la importancia de decir siempre la verdad. Un menú que tampoco es abundante y que parece más apropiado para un comienzo de mandato que para el comienzo de un año electoral. La economía podrá desaparecer del discurso oficial y dejar de ser del interés de los inversores. Pero no saldrá de la calle”.

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