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La última carta de Macri por reforma electoral

15 noviembre de 2016

Hoy se define para bien o para mal, la suerte de la reforma electoral. A las 9:30 el presidente Mauricio Macri junta en Casa Rosada a gobernadores peronistas que respaldan el proyecto que tiene como eje la Boleta Unica Electrónica (BUE). Horas más tarde, se reunirán las comisiones del Senado encargadas de tratar el proyecto. Si bien se descarta que se firme el dictamen de mayoría, podrían definirse las modificaciones y acelerar el demorado proceso que juega contra el tiempo legislativo y a su vez contra el tiempo de implementación.

Las diferencias en el peronismo dilataron en las últimas semanas el avance de la reforma electoral. La presión del kirchnerismo que cuenta con posiciones de privilegio en las comisiones que debaten el proyecto puso en jaque a la mayoría de la bancada, alineada a Miguel Pichetto, que se prestaba a avanzar con la reforma pero agregando la gradualidad. El presidente de la comisión de Asuntos Constitucionales, Marcelo Fuentes, suspendió las reuniones pactadas para la semana pasada, decisión que complicó el despacho de comisión previsto para hoy y dejó al Gobierno contra las cuerdas, peleando en esta oportunidad, contra el tiempo. Macri prevé convocar a sesiones extraordinarias para que Diputados apruebe el proyecto cuando llegue el momento.

Con el ministro de Interior, Rogelio Frigerio, y el secretario de Asuntos Políticos, Adrián Pérez, Macri recibirá en la Casa Rosada a Juan Schiaretti, gobernador de Córdoba; Gustavo Bordet, de Entre Ríos; Juan Manuel Urtubey, Salta; Alberto Weretilnek, Río Negro; Mario Das Neves, Chubut; Omar Gutierrez, Neuquén y Rosana Bertone, de Tierra del Fuego. En la mayoría de los casos, ya se trata de amigos de la casa, y que a su vez, como Urtubey o Schiaretti, implementan en sus provincias sistemas similares al que propone el Gobierno para votar en las elecciones del año próximo. La foto y las declaraciones en la pactada conferencia de prensa, irán directo al bloque PJ-FpV, que es encargado de decidir el futuro de la reforma, dado que cuenta con 39 senadores sobre 72 bancas, pero que a su vez, está dividido entre el sector dialoguista de Pichetto y el núcleo kirchnerista compuesto por poco más de diez legisladores. Desde los gobernadores, bajaran el mensaje de “acelerar el debate parlamentario para que se pueda implementar en el 2017”, le dijeron a El Economista cerca de Urtubey. Sobre la gradualidad, sostienen que es una necesidad pero debe hacerse en dos etapas, para estar finalizada en el 2019, y no estar sujeta a especulaciones políticas. Las especulaciones políticas, fue lo que descartó la gradualidad ?que ya estaba planificada? en el debate en Diputados, cuando Sergio Massa negoció su respaldo al proyecto si Cambiemos aseguraba que la implementación de la BUE sería total a partir de los comicios del próximo año. Sin embargo, el texto aprobado por la Cámara Baja no prohíbe la implementación gradual, por lo que podría agregarse en la reglamentación un plan B para excepciones en aquellos lugares difíciles de llevar el nuevo sistema.

El Gobierno usará, una vez más, el respaldo de los gobernadores peronistas para forzar a su favor la negociación en el Congreso.

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