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La recesión no cede y las miradas apuntan al BCRA

08 noviembre de 2016

Hoy, como todos los martes, el BCRA realizará la licitación de sus Lebac. A diferencia de otros martes, no hay tanta polémica y discusión acerca de si la autoridad monetaria bajará o no la tasa porque las expectativas de los economistas encuestados por el Relevamiento de Expectativas de Mercado (REM) siguen lejos del techo de las metas de inflación para 2017 y no hay motivos, según esa lógica, para una nueva poda.

Como todos los lunes, Amílcar Collante, economista del Centro de Estudios Económicos del Sur (CESUR), realizó una informal encuesta en Twitter y arrojó que casi el 70% de las opiniones esperan que el BCRA mantenga hoy la tasa. Realmente son pocos los que piensan que la tasa puede bajar hoy, pero son muchos los que consideran que debería hacerlo. La entidad recibe cada vez más críticas de los que “sobra tasa” y eso repercute sobre una economía a la que le está costando dejar atrás la recesión.

Impaciencia

El último informe de Muñoz y Asociados sostiene: “Federico Sturzenegger se aferró a esta premisa y está llevando adelante una política monetaria decididamente contractiva para enfriar los precios. Ya van siete semanas en las que mantiene la tasa de interés de las Lebacs a 35 días congelada en 26,75%. La astringencia monetaria está rindiendo frutos, pues la inflación núcleo se desaceleró al 1,5% mensual”.

Aunque luego afirma: “Pero son cada vez más (entre ellos, el ministro Prat-Gay) los que consideran que 'sobra' tasa de interés y reclaman por una relajación del torniquete monetario. La política monetaria restrictiva se hace sentir con rigor en la economía real. Los brotes verdes se marchitan, la recesión se prolonga y comienza a cundir la impaciencia ante el rigor imperturbable de Sturzenegger”.

El presidente de la entidad sabe que debe construir reputación para aumentar su credibilidad y, por ende, no ceder a la presiones ni buscar otros objetivos que no sean estabilizar la moneda local. Es más: Sturzenegger suele decir que “no hay nada más reactivante que la desinflación” y, según esa lógica, está en el camino correcto entonces.

¿Y la inversión?

El economista jefe de Analytica, Martín Polo, consultado por El Economista, sostuvo: “Esta política para disciplinar al mercado cuesta muy caro en materia de actividad, sobre todo a las pymes: soportar estas tasas en pesos es muy fuerte y se complica su viabilidad. Se está demorando la recuperación más de lo que esperábamos. Tenemos un tercer trimestre en el que se dejó de caer, pero nosotros esperábamos que reaccione. Y vemos que la inversión se está demorando. Por el nivel de tasas, para las pymes no es negocio poner fierros”. Y agregó: “Las grandes empresas se pueden financiar en dólares al 1% aprovechando la estabilidad cambiaria, pero falta una agenda para las pymes”. En rigor, la inversión está cayendo y eso afecta el PIB. Las tasas altas también afectan al consumo, el principal motor de la demanda, aunque allí la causa principal es la caída del salario real.

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