El Economista - 70 años
Versión digital

jue 25 Abr

BUE 14°C

La industria textil continúa con un déficit comercial creciente

30 noviembre de 2016

Desde principios de año la cadena de valor de la industria textil e indumentaria viene alzando la voz, alertando sobre el impacto negativo que tiene en este sector el ingreso masivo de bienes intermedios y finales del exterior. Pero la amenaza no sólo está en los productos importados, en los que tienen una fuerte participación los artículos brasileños y chinos, en este último caso con repetidas acusaciones de dumping. El dumping es la modalidad según la cual se exporta por debajo del precio al que se vende el mismo producto en el mercado de origen.

Hay también otro factor que incide de forma determinante en los números de comercio exterior sectorial y es la pérdida de competitividad que le impone la economía argentina en general a todos los sectores manufactureros, pero que tienen especial efecto en las industrias mano de obra intensiva. Así, al mayor ingreso de productos importados se añade el resultado de menores exportaciones, lo que contribuye a “engordar” el saldo negativo de la balanza comercial.

Un informe elaborado por la Federación de Industrias Textiles Argentinas (FITA) señala que “en el acumulado del año, el incremento interanual de las importaciones alcanzó el 13% en cantidades y el 8% en dólares, mientras que las exportaciones se contrajeron 17% en cantidades y 38% en dólares”.

Los datos del mes de octubre, el último período relevado, indican que la balanza comercial de los productos textiles manufacturados terminó el mes con un déficit de US$ 104 millones, lo que representa un incremento de 10% respecto al mismo mes de 2015. En el sector calculan que en los primeros diez meses del año el déficit ya supera los US$ 800 millones. “Este resultado se explica por una caída de las exportaciones del 43% (en valores) y un aumento de las importaciones de 1%”. Al considerar las ventas externas en cantidades la contracción llegó al 18%.

Claramente, es un sector muy heterogéneo, en el que se desempeñan miles de empresas en distintos segmentos de la cadena de valor y en el que conviven grandes compañías con pequeñas y medianas empresas, que en conjunto emplean a casi 420.000 personas. Los diversos subsectores tienen escenarios distintos en relación a las importaciones.

Según el informe de FITA, mientras en octubre las importaciones de Hilados cayeron -22% en volúmenes y -31% en dólares en octubre, y el rubro Otros artículos retrocedió -7% en cantidades y -4% en valores sus compras al exterior, las Confecciones incrementaron las importaciones en 41% en cantidades y 58% en dólares, comparado con el mismo mes del año anterior, Tejidos planos creció 23% en cantidades y 7% en dólares, en tanto que Prendas de Vestir incrementó las compras al exterior en 23% en cantidades y 26% en dólares, y Tejidos de punto, el 2% en cantidades en la comparación interanual.

Cuestión de competitividad

Un informe de la consultora Investigaciones Económicas Sectoriales (IES) consigna que “el sector textil y el de indumentaria atraviesan un panorama contractivo transcurridos los primeros nueve meses de 2016 como consecuencia de una caída en el consumo, que generó una merma en la producción con su consiguiente cierre de fábricas, adelanto de vacaciones y suspensiones de trabajadores”.

No es un tema menor. Según IES Consultores en el sector textil “se sostiene la caída de la actividad en general, por la baja competitividad sectorial y por el cambio en la apertura comercial”. De esta manera la combinación de mayor apertura comercial junto a la menor demanda interna está asfixiando a la industria textil, que se ve obligada a ajustarse y buscar opciones para pasar el momento.

A esto se suma una fuerte presión tributaria en la cadena, así como costos financieros y de comercialización que terminan por impactar en los precios al consumidor final. Un estudio de la Cámara Industrial Argentina de la Indumentaria (CIAI), que reúne a los fabricantes de ropa, señala que los impuestos representan el 25,5% del precio final de una prenda, mientras que la financiación bancaria se lleva 15% y el rubro alquileres/ shoppings el 14,9%. Así, sólo estos items no relacionados con el proceso de fabricación superan el 55% del valor de vidriera.

En este contexto, el informe de IES concluye que “en el mediano plazo, las perspectivas del sector textil e indumentaria dependerán del impacto de la implementación del Plan Productivo Nacional impulsado por el Gobierno, que busca una reconversión sectorial. El objetivo del mismo es generar una transformación del modelo productivo de la cadena de valor, para hacerlo más competitivo, con producción de mayor calidad, en un contexto de mayor formalidad laboral”.

Seguí leyendo

Enterate primero

Economía + las noticias de Argentina y del mundo en tu correo

Indica tus temas de interés