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“La falta de brotes es por las demoras en la obra pública”

23 noviembre de 2016

Entrevista a Dante Sica

Tras el 10° Encuentro Anual de ABECEB, realizado ayer en el Yacht Club de Puerto Madero ante una gran concurrencia, El Economista dialogó con su director, Dante Sica, sobre las perspectivas para la economía argentina en 2017.

El 2016 ya está jugado. No hubo brotes verdes y la recesión fue mayor a la esperada. ¿Mantiene su pronóstico de crecimiento para 2017 de 3-4% o tuvo que recortarlo?

Todo el proceso está demorado y el arranque es más lento del esperado. Había tres grandes drivers para apuntalar el crecimiento en el cuarto trimestre: el complejo agropecuario, y todas sus ramificaciones; la construcción, tanto la pública como la privada y, por último, el consumo, con alguna recuperación del salario real y el impacto del aguinaldo y demás. El gran ausente y el motivo del retraso del arranque tienen que ver con la obra pública. No es un tema de plata sino de gestión administrativa, la mirada sobre los contratos anteriores, los nuevos mecanismos de determinación de precios, la necesidad de darle transparencia a los procesos licitatorios y demás. Si bien la construcción privada se empezó a mover, no tiene el empuje de la pública para inclinar la balanza. Por el lado del consumo, sigue habiendo algo de incertidumbre asociada a las idas y vueltas con las tarifas y al hecho de que el empleo aún no comenzó a moverse. Recién ahora los consumidores están calculando mejor sus ingresos disponibles durante los próximos meses. Quienes esperábamos un cuarto trimestre positivo, postergamos el pronóstico para el primero de 2017. No cambia mucho el número final y seguimos esperando entre 3% y 4%, pero quizás el efecto se sienta hacia finales del año que viene.

¿Va a ser homogénea esa recuperación y se va sentir en la calle?

En la industria va a ser heterogénea. También vas a tener una recuperación del consumo por una suba del salario real con un empleo estabilizándose, con mejoras en el sector privado. Igualmente, el consumo no va a crecer más que el PIB, como pasaba antes que estaba estimulado por anabólicos. Por eso nadie está viendo tasas de crecimiento tan altas ni una V.

Pero es un modelo más sustentable?

Debería serlo en la medida en que la inversión empiece a aparecer. Algo ya estamos viendo en los sectores de energía y telecomunicaciones. En 2017 eso se va a potenciar, y también va a aparecer la obra pública.

No mencionó a Brasil como un driver. ¿Nos defraudará una vez más?

No, creo que va a mejorar. Aunque todavía no ha pegado la vuelta, ha dejado de caer y eso es positivo. Lo peor ya pasó en 2016 y en 2017 los sectores exportadores que miran hacia Brasil van a colocar más producción allí. Si Brasil crece 1%, aporta 0,25 punto de crecimiento a Argentina. Recién en 2018 vamos a ver un Brasil creciendo con más fuerza.

Se habló mucho del “efecto Trump”. ¿Qué es lo que más le preocupa?

Hay que esperar un poco más y que termine de armar el gabinete, y sobre todo cubrir los puestos económicos, como el secretario de Tesoro y el de Comercio. En el corto plazo vamos a ver tasas más altas. Con las cuestiones más vinculadas con el proteccionismo y demás, es mejor ser más cautelosos. El nivel de comercio con EE.UU. es bajo y lo que se había logrado en limones y carne creo que no se va a perder. Hay que ver cómo se relaciona Trump con México y China, que incluso puede abrir algunas oportunidades para nosotros.

En el Gobierno dicen que “si seguimos haciendo las cosas bienes, seguiremos siendo atractivos”?

Comparto y no veo peligros en la llegada de inversiones, y no solo hacia Argentina, que volvió a entrar en el radar. Toda la región seguirá capturando inversiones y, además, no todas vienen desde EE.UU. China será el gran inversor en los próximos años.

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