No es lo mismo anunciar que se llevarán a cabo inversiones por determinado monto, que realizarlas efectivamente. Es cierto, pero por algo se empieza. Luego de una serie de acciones impulsadas por la Agencia Argentina de Inversiones y Comercio Internacional durante el año, su titular, Juan Procaccini resumió de algún modo los resultados obtenidos hasta el momento.
Desde diciembre pasado, cuando asumió el gobierno de Cambiemos, hubo “anuncios de inversión por US$ 43.000 millones”, destacó el funcionario en base a un relevamiento de la entidad. En diálogo con la agencia de noticias Télam, Procaccini consideró que “el ciclo virtuoso ya se empezó a generar, y empiezan a verse los primeros resultados en cuanto a la confianza y los anuncios de inversión, que ya suman u$s 43.000 millones”. Sólo en los últimos dos meses ese monto creció ?según las estimaciones oficiales ? 43% en dos meses.
A comienzos de septiembre el Gobierno se anotó un punto fuerte con la organización del Foro de Inversiones y Negocios de Argentina, los anuncios de inversión contabilizados hasta ese momento alcanzaban los US$ 30.000 millones. En el marco del Foro hubo una fuerte presencia internacional pero no se presentaron anuncios concretos.
Incentivos
Refiriéndose al monto global de inversiones Procaccini destacó que “son anuncios de inversión de las compañías privadas en Argentina; no hicimos más que recolectar esa información y hablar desde la agencia con todas las compañías que los hicieron para ofrecerles ayuda, ser un punto de contacto en el Gobierno y entender si tienen contenido o no”.
Y agregó: “Del total de US$ 43.000 millones de anuncios, estamos trabajando con 120 compañías que tienen proyectos por US$ 25.000 millones, que existen y son reales”, detalló. Al respecto, el funcionario subrayó que “eso ya es un cambio, es un comienzo y va a seguir así a partir de la normalización, la confianza y la transparencia del país”.
Un punto de preocupación, sin embargo, es el desempeño que hoy tienen las empresas exportadoras. Procaccini le dijo a Télam que desde la Agencia se está trabajando en “el Programa de Recupero de Exportadores donde el objetivo es recuperar 6.000 pymes exportadoras que se perdieron en los últimos años”. Recordó que “en su mejor momento Argentina tuvo 15.000 pymes que exportaban. Hoy son 9.000; se perdieron 6.000”.
Panorama incierto
Sin embargo, aún es prematuro creer que el trabajo de seducción y convencimiento a los inversores para que desarrollen proyectos en el país, ya está terminado. Y hoy esa cifra ya está bastante por encima, pero los problemas estructurales de la economía argentina persisten.
El listado de asignaturas pendientes incluye, en primer lugar la necesidad de reducir la inflación. Si bien es claro que viene descendiendo desde los niveles alarmantes que alcanzó en la primera mitad del año, no es menos cierto que el núcleo duro de la inflación no se ataca únicamente política monetaria contractiva como impulsa el Banco Central. Se requiere también un trabajo fino en cuanto a la formación de precios, y esencialmente reducir los costos de producción, logísticos, de transporte e incluso salariales, que contribuyen a mantener activo el mecanismo inflacionario.
En segundo lugar, está la tasa de interés, que fue dibujando una caída desde la tasa de diciembre pasado al 38%, pero todavía se mantiene en el 26,75% a 30 días en la actualidad. Claramente, todavía no hay demasiados incentivos a la inversión en este campo, más allá de algunas líneas especificas para pymes y para capital de trabajo que cuentan con subisidio oficial.
Pero el punto crucial para definir las inversiones, más allá de las ventajas que ofrece un modelo económico mucho más amigable con los mercados y apoyado tanto por el empresariado local como del exterior, es que la demanda está muy fría. La actividad está débil en casi todos los sectores, la industria hace ya un año que viene cayendo mes a mes en la comparación interanual y acumula un retroceso cercano al 5% en lo que va del año. Con eso, es claro que por el momento el clima de negocios ofrece oportunidades “potenciales”, hasta la demanda no esté sólida.
Este es el escenario en el que los inversores, locales y extranjeros, tendrán que manejarse al menos por un tiempo. Esto sin contar, las noticias que podrían venir del frente político y que también podrían complicar el escenario.
