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Hay avances en las negociaciones por el agro con la Unión Europea

16 noviembre de 2016

A pesar de las fuertes diferencias que ambas partes reconocen, la relación entre la Argentina y la Unión Europea parece ver nuevas señales en lo referente al sector agroindustrial. Al menos así lo expresó el consejero agrícola en el bloque, Gastón Funes, quien aseguró que si bien las ofertas se relanzaron a nivel regional a través del Mercosur, el país inició conversaciones con el Viejo Continente para recuperar mercados, sobre todo en materia de alimentos, donde el Ministerio de Agroindustria trabaja para facilitar el acceso de los productos desde el punto de vista sanitario y de estándares de calidad, para cumplir con los requisitos exigidos.

Paralelamente, Argentina espera que llegue enero, cuando tomará la presidencia pro tempore del Mercosur, para retomar en marzo las operaciones con la UE que se iniciaron tres semanas atrás, en Bruselas. Por ahora, cada sector se encuentra “analizando las respectivas ofertas”, según le explicó Funes a El Economista.

Transgénicos, el eje del conflicto

Uno de los principales problemas en la relación de ambos bloques es la de la casi nula aceptación de Organismos Genéticamente Modificados (OGM) por parte de Europa. Para Funes, las trabas tienen que ver con “un lobby político muy fuerte” que demora la concreción de negocios significativos para las partes.

“La UE tiene una posición muy especial, muy influenciada políticamente. En general, la gran mayoría de los sectores del bloque son contrarios al desarrollo de esta tecnología por una mala percepción, por un lobby excesivo de ONGs ambientalistas, de partidos políticos verdes que influencian a los decisores políticos, a la Comisión, Consejo y estados miembros, pero que no tienen una base científica. De hecho, ellos lo han reconocido en varias oportunidades”, señaló el funcionario.

En ese sentido, aseguró que “esto hace que muchas veces se demoren las aprobaciones y se creen situaciones de asincronía, porque los eventos se aplican en nuestro país cuentan con análisis de riesgo científico, con beneficios de aumento de productividad, lucha contra el cambio climático y menos uso de pesticidas, pero, igualmente, corremos el riesgo de que nuestros productos que se exportan puedan llevar eventos OGM que no estén autorizados en la región y provocar algún problema de tipo de acceso al mercado o alguna disrupción comercial”. Por eso, Funes indicó que desde la Embajada “trabajamos siempre explicándole a la UE los beneficios y la base científica por la cual se aprueban los OGM, aunque el sector político hace gestiones contrarias muy fuertes, que van in crescendo en vez de racionalizarse”.

¿Biodiésel de regreso?

Con respecto al conflicto que mantiene la Unión Europea con la Argentina por las exportaciones de biodiésel, el consejero expresó que hay buenas perspectivas en cuanto a una futura solución. Es que el país pierde millones de dólares a causa de las barreras arancelarias, dado que estaba posicionado como el primer proveedor del producto al bloque.

“El fallo a favor de la Argentina por parte de la Organización Mundial de Comercio (OMC) refleja una oportunidad muy buena. Sucede que desde que el país entró en ese segmento y fue aumentando sus exportaciones, apareció una presión impresionante desde la Cámara Europea de Biodiésel para buscar justificativos e intentar por todos los medios sacarnos del mercado. Entonces, le solicitó a la Comisión Europea una investigación por subsidios y otra por dumping. La primera no prosperó, pero la otra siguió hasta que la UE nos impuso en 2013 derechos antidumping extremadamente altos y prácticamente nos quitó el negocio. Con esa única medida, pasamos a perder el 15% luego de exportar más de US$ 1.500 millones”, recordó.

En tanto, resaltó que la entidad que nuclea a las empresas, CARBIO, inició una demanda judicial en la Corte europea en forma privada, en donde recientemente se anuló el reglamento que imponía los derechos antidumping a la producción local. Sin embargo, la UE tiene tiempo hasta el 26 de noviembre para decidir si apela o no. “Creemos que lo hará, por lo que demorará un poco más aún el proceso de recuperación del mercado. De todos modos, los dos fallos son muy positivos como precedente y como una oportunidad excepcional”, subrayó Funes.

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