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Hacienda quiere que las tasas de interés estén en 20%

25 noviembre de 2016

No hubo brotes verdes ni “segundo semestre”, y el PIB caerá algo más de 2% en 2016. No sólo eso: la economía, contrariamente a lo que se creía, sigue cayendo. Lo dijo ayer el Indec. Los números empiezan a calar hondo en el Gobierno, que esperaba ya sentir los efectos positivos de sus medidas y se empieza a desorientar ante la falta de resultados de su recetario. “No entiendo el motivo porque hicimos lo necesario”, dicen en Balcarce 50.

¡Son las tasas, estúpido!

Cerca del ministro Alfonso Prat- Gay tienen una explicación: las tasas de interés que pone el BCRA son demasiado altas. Comparten, obviamente, el objetivo de reducir la elevada inflación que arrastra la economía, pero creen, como varios en el mercado, que “sobra tasa”. Y bastante. Sostienen que debería estar, y hace rato ya, más cerca de 20%. “En un mundo con tasas por el piso, no es necesario tener tasas reales tan elevadas”, dicen. Retrae el consumo (principal driver de la demanda agregada y proxy por excelencia de la sociedad argentina para medir el éxito de un modelo económico), y también la inversión privada.

Agregan, además, que un dólar algo más alto (por menor apetito para colocarse en pesos y mayor demanda de divisas ante una tasa de interés más baja) sería un factor positivo para las exportaciones que, tal como informó ayer el Indec, siguen cayendo. Imaginan un dólar más cerca de $17 o incluso algo más.

¿Y el impacto en la inflación? Creen que no será importante porque el dólar se ha venido moviendo y no hubo pass-through en los últimos meses, y también hay cierta desdolarización en el proceso de formación de precios. Imaginan factible que la economía crezca 3,5% en 2017 (incluso 5% de punta a punta) y con una inflación menor a 20%. “Son objetivos compatibles. No es una cosa o la otra”, argumentan. El BCRA menos restrictivo con su política monetaria que se ha visto en las últimas semanas, lógicamente, es un dato muy bienvenido en el Ministerio de Hacienda y Finanzas Públicas, aunque quieren ver más podas.

Llegarán (con delay) El primer trimestre ya empezará a mostrar algunos brotes verdes, aunque los números más altos se verán en el segundo. Allí no sólo llegará el grueso de la cosecha (los expertos la estiman en 120 o 130 M de toneladas) y, además, la base de comparación que deja el segundo trimestre de 2016 es baja porque allí la recesión pegó fuerte, argumentan. Los drivers serán, además del agro, el consumo, que se recuperará a medidas que baje la inflación y como resultado de las políticas de estímulo, algunas recuperadas del recetario kirchnerista, que se han ido aplicando.

Asimismo, creen que esa recuperación, junto a la caída en los subsidios hacia el sector privado, permitirá recomponer las cuentas públicas y lograr el déficit de 4,2% del PIB previsto para 2017.

Por último, admiten que el “efecto Trump” se siente. Aunque no en el blanqueo, que estiman será muy exitoso. El impacto quizás se sentirá en el apetito por las colocaciones soberanas de los emergentes y, entre ellas, las de Argentina. La idea, por ahora en pausa, era salir a los mercados pronto (enero o febrero de 2017) para asegurarse el financiamiento para todo el año. “Ahora estamos viendo”, dicen, aunque confían en que no habrá problemas y el interés por el país seguirá.

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