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El Merval al ritmo del “efecto Trump”

16 noviembre de 2016

Pese a la fuerte tendencia al alza que vino mostrando el Merval antes del “efecto Trump”, los analistas aseguran que el índice debería bajando un trecho más y que su eventual recuperación estará atada a lo que ocurra a nivel global.

Según Sebastián Maril, analista de Research For Traders, el índice Merval debe hacer aún una corrección a la baja del 20% desde su máximo histórico de octubre, proceso que aún está por la mitad. El 25 de octubre, el Merval tocó su máximo histórico de 18.409 unidades, reflejando las buenas expectativas con las medidas tomadas por el nuevo gobierno, como el levantamiento del cepo y el ajuste de tarifas. Aunque también, según algunos analistas, ejerció mucho peso la suba de Petrobras, cuya acción escaló más del 170% durante el año.

Según Maril, el triunfo Trump permitió “sacarse una mochila (la de la suba del Merval) de encima”, ya que el mercado “venía subiendo de manera desmedida y la corrección no llegaba”. El especialista consideraba que el incremento era injustificado porque ocurría pese a que “algunos balances comenzaban a mostrar algunas debilidades, como los de algunas energéticas”, y a que el país tampoco mostraba señales de recuperación económica.

Por su parte, Nery Persichini, analista de Inversor Global, coincidió al asegurar que la racha de suba del Merval tenía poca fuerza “porque había viento a favor” y porque ocurrió “sin tener 'priceada' (incorporada a los precios) el 'cisne negro' del triunfo de Trump”.

Aunque varios analistas sostienen que el mercado seguirá volátil y “manejándose por rumores” hasta el 20 de enero, cuando asuma formalmente Trump, otros dicen que aún se mantiene el clima propicio para el mercado accionario, aunque con ganancias más selectivas según rubro y empresa.

Entre las causas del optimismo, se menciona que aún existe un mundo “de tasas de interés bajas y hasta negativas” que le seguirían dando cierto atractivo a los emergentes y que Argentina podría en 2017 dejar de ser catalogada internacionalmente como “mercado de frontera” y pasar a ser “mercado emergente”.

Esto último, que el mercado ya viene descontando, dejaría a la Argentina a la par de Brasil y México y le permitiría estar mejor posicionada en el radar mundial: a nivel global, hay inversores con unos US$ 1,7 billones en activos que siguen el índice de mercados emergentes MSCI, mientras que sólo US$ 26.000 millones están en el de frontera.

En este escenario de eventual repunte del Merval, las acciones con mayor potencial de rendimiento seguirían siendo las de empresas energéticas, bancos y el campo, aunque también se mencionan las vinculados al desarrollo de infraestructura (especialmente energía).

Lo único que podría quedar en stand by hasta que el panorama aclare es una maniobra que venía registrándose antes del “cisne negro” de Trump: la compra de acciones de pequeña capitalización en busca de compañías subvaluadas, anticipándose al posible ascenso del país al estatus de “mercado emergente”.

Antes de las elecciones, las compañías con una capitalización de mercado de menos de US$ 500 millones estaban valuadas un 22% por debajo del índice Merval, la mayor brecha desde el 1º de julio, según Bloomberg. Y el atractivo de este segmento era que, de las ocho empresas que se agregaron recientemente al índice, algunas de las de baja capitalización tuvieron el mejor desempeño de octubre: Agrometal se disparó 22 % y Carboclor 14%.

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