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“El Gobierno debería mirar más hacia el mercado interno”

29 noviembre de 2016

Entrevista a Daniel Arroyo Politólogo y dirigente del Frente Renovador

“No vamos hacia un diciembre complicado. La situación social es muy compleja, es cierto. Y hay un fenómeno de implosión social. Pero la misma gente a la que le va mal, quiere que al Gobierno le vaya bien. No porque quiera especialmente a Macri, sino porque quiere que su vida funcione”. El que esto dice es Daniel Arroyo, exviceministro de Desarrollo Social, durante el gobierno de Néstor Kirchner, y actual referente del Frente Renovador en temas sociales. En esta entrevista con El Economista, el politólogo analiza la actual coyuntura, advierte sobre errores de diagnósticos y de políticas del Gobierno y es optimista respecto del rol de su fuerza. “Uno de los grandes problemas del Gobierno es no entender cómo funciona la economía informal”, señala.

¿Qué le pareció el acuerdo entre el Gobierno Nacional y algunas organizaciones sociales?

Es un paso adelante, en dos sentidos. Uno, reconocer que estamos ante una evidente emergencia: se paró la actividad económica, hay más gente en los comedores comunitarios, hay más chicos comiendo en las escuelas. Y digo que es un paso adelante porque el Gobierno no lo estaba reconociendo. Dos, es bueno avanzar en la idea de que trabajadores son tanto quienes tienen trabajo formal como aquellos que hacen changas, tienen de planes sociales o están desocupados.

El Gobierno evitó que se avanzara en un proyecto de emergencia de la oposición, pero debió ceder bastante más de lo que estaba dispuesto. ¿Comparte?

Sí. El Gobierno ha trabajado todo este tiempo alrededor de la idea de que van a venir inversiones, que esas inversiones van a derramar sobre el empleo y que de esta forma se va a acomodar la situación. Es evidente que esa idea es equivocada. En el mejor de los casos llegarán inversiones en soja, minería y sector financiero, pero eso no genera trabajo en Argentina. Y la construcción, el comercio y la industria textil, los sectores que sí lo crean, sintieron el impacto. El Gobierno empezó a ver que no va a haber derrame y se vio obligado a ceder más.

Entre los objetivos implícitos está la idea de contener cualquier reclamo más allá de ciertos límites para diciembre.

No vamos hacia un diciembre complicado. La situación social es muy compleja, es cierto. Y hay un fenómeno de implosión social. Es decir, la gente revienta para adentro. Y hay mucha violencia cotidiana en los barrios. Y hay mucha posesión de armas, con lo cual cualquier problema termina a los tiros rápidamente. Pero la misma gente a la que le va mal, quiere que al Gobierno le vaya bien. No porque quiera especialmente a Macri, sino porque quiere que su vida funcione. Esta es una gestión que se mantiene por expectativas más que por resultados. Por eso digo que no va a ver conflictos en diciembre, más allá de que puedan existir hechos aislados. De todos modos, si tenemos un diciembre sin grandes conflictos, el Gobierno no debería leer de ahí que la situación no es tan mala o que esto se va a encaminar solo, porque hacerlo sería caer en un error grande.

¿Cuál es el cuadro de situación? ¿Cuánto ha empeorado la situación social durante este año?

Tenemos un millón y medio de nuevos pobres, producto de tres cosas: por un lado, se espiraló la inflación en alimentos, desde un punto de partida que ya era alto; por el otro, se paró la industria de la construcción y la textil, con impacto en el sector informal, que gana menos plata que el año pasado y todo le sale más caro. Uno de los grandes problemas del Gobierno es no entender cómo funciona la economía informal. En ese sentido, parar la construcción y la industria textil es aumentar de manera directa la pobreza. Y el tercer tema que explica esta situación son los despidos tanto en el sector público como en el privado. Es un problema serio, y no hay ningún indicador de que esto vaya a mejorar. La apuesta que está haciendo el Gobierno con la obra pública, que es correcta y tiene su lógica, habrá que ver, de todos modos, qué impacto tiene. Hacer miles de kilómetros de ruta o hacer una central termoeléctrica va a ser bueno para el país, pero no va a generar trabajo. La obra pública que genera trabajo es la de pequeña escala: cordón cuneta, asfaltado de calles, vereda, vivienda social? El Gobierno debería mirar hacia el mercado interno y no seguir con la fantasía de que con señales al mercado podrá revertir algo porque no funciona así la estructura económica argentina.

¿Cree que el Gobierno persistirá en su diagnóstico y su política, o ve margen para que los modifique?

Es posible, y necesario. El Gobierno está viendo que sus ideas iniciales y sus proyecciones no se están dando en la realidad. Ni se van a dar. Primero era que ya el dólar ya estaba en $15 y que, por lo tanto, la devaluación no iba a complicar a los precios. Luego, que las señales hacia el mercado iban a permitir una lluvia de inversiones. Luego, que el blanqueo va a traer todo eso... Objetivamente, ha tenido ideas muy equivocadas respecto de como funciona la estructura económica argentina y hoy está revisando su diagnóstico. No sé si va a encarar algo diferente. Espero que sí.

¿Cómo evalúa, en ese sentido, la gestión de la ministra Carolina Stanley?

Creo que está haciendo un buen trabajo. Está siguiendo con los planes sociales, está en contacto con las organizaciones, pero los niveles de pobreza de la Argentina no están definidos por lo que haga el Ministerio de Desarrollo Social, sino más bien por lo que haga las secretarías de Trabajo o de Comercio. Es decir, cuánto empleo se crea, de qué tipo, qué cadenas productivas se privilegian, qué rol juegan las pymes en ese proceso.

El presidente Mauricio Macri cuestionó los convenios colectivos vigentes. ¿Cree que el Gobierno va a avanzar con un proceso de reforma, en ese sentido, o de una flexibilización laboral?

Si avanza en ese sentido sería un error grande. El problema en Argentina no son los costos laborales, sino la estructura económica. Si no movés el mercado interno, si no volcás dinero, las cosas se complican. No sé si va a ir hacia allí o no. Hizo un intento, con un acuerdo con una empresa de comida rápida, pero fue para atrás, porque era muy negativo y la Justicia no lo iba a permitir. En este contexto de parate de la actividad y pérdida del ingreso, suponer que con flexibilidad esto se acomoda es un error y se corre el riesgo de tirar más nafta al fuego.

¿Cómo evalúa el comportamiento de la GCT unificada? ¿Cree que se tensará la relación con el Gobierno?

Que haya una CGT unificada es algo bueno. Y que vaya más allá del trabajo formal, también. Además, me parece que la CGT actuó muy responsablemente dándole tiempo al Gobierno. Creo que esto va a continuar en los primeros meses del año próximo, pero tiene que darse algún movimiento mayor de la actividad económica. Acá hay más pobreza, más recesión y sobreendeudamiento. La gente no sólo está mal, sino que está sobreendeudada, con los prestamistas del barrio. Si mejora un poco la economía el año próximo, no se va a notar mucho, porque la gente va a estar pagando las deudas que contrajo este año.

¿Cómo se posiciona el Frente Renovador frente a estar cuestiones y cómo se posisionará el año próximo, que es electoral?

Actuamos muy bien este año, siendo una oposición del Siglo XXI, razonable. Contribuimos a sancionar leyes básicas, tanto a nivel nacional como en la provincia de Buenos Aires. Pero también fuimos muy críticos. Sobre todo, de la política económica y de la situación social. Y vamos a ser más críticos, porque el contexto social y económico va a ir empeorando. Queremos que al país le vaya bien, por eso a las críticas les agregamos propuestas, verdaderamente razonables, como en el caso de Ganancias. Y vamos a seguir en esa línea.

¿Da por hecho que la buena relación entre el Frente Renovador y GEN en el Congreso, durante este año, se convertirá en alianza electoral?

Tenemos una buena relación con el GEN. Me gustaría mucho que se pueda conformar una alianza. Vamos bien, pero también es cierto que estas cosas se cierran a último momento. No podría dar por hecho algo a lo que le falta mucho todavía.

¿Qué la aporta Stolbizer a Massa?

En el Frente Renovador somos la tercera vía o la ancha avenida del medio. Tenemos que ensancharla aún más. En dos sentidos: en términos republicanos, de transparencia, y en términos sociales. Y en ambas Margarita puede hacer un gran aporte.

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