Hace una semanas la gobernadora de la provincia de Buenos Aires, María Eugenia Vidal, se reunía con referentes de la oposición, como Sergio Massa o Florencio Randazzo, para ajustar las negociaciones referidas al Presupuesto bonaerense, y en particular al nuevo pedido de endeudamiento por $60.000 millones. Ahora, los principales bloques opositores, el Frente Renovador y el Frente para la Victoria, mantienen constantes encuentros entre los suyos para afinar posiciones, que repercutirá a su vez en la renovación de autoridades de la legislatura bonaerense, así como también en el armado electoral del año próximo.
El martes se reunieron en un hotel de la capital una veintena de intendentes peronistas, rutina que se repitió ayer con la inclusión de legisladores. “Entendemos como intendentes que todo presupuesto debe ser votado y acompañado para el funcionamiento de la gobernadora, pero hemos analizado que este es un endeudamiento muy alto que nosotros no estamos dispuestos a acompañar si no se refleja en estas áreas esta inversión”, declaró la intendenta de La Matanza, Verónica Magario, que mantiene un relación áspera con la mandataria.
Con la misma finalidad, el líder del Frente Renovador juntó a cinco intendentes y a los legisladores Juan José Amondaraín y a Jorge Sarghini, presidente de la Cámara de Diputados de la provincia. Dos semanas atrás, Massa se encontró en un lujoso hotel de la ciudad de Buenos Aires con Vidal, para avanzar con el debate presupuestario que, tanto oficialistas como opositores, admiten que está demorado.
