No se trata de un problema puntual de una empresa o una actividad. Podría decirse que gran parte de la industria de La Rioja está inmersa en una profunda crisis, que ya viene desde hace tiempo, pero se intensificó de modo importante durante este año, fundamentalmente por la recesión, el salto de la inflación que pega en la rentabilidad de las empresas, y más recientemente, en la apertura importadora que afecta a sectores como el textil, por ejemplo.
Ahora tanto el Gobierno, como la oposición y miembros de la Unión de Industrias Riojanas (UNIR) intentan aunar criterios para impulsar medidas que permitan sobrellevar la crisis que afecta al Parque Industrial de La Rioja. El ministro de Industria de la provincia, Rubén Galleguillo, junto a legisladores de la oposición y empresarios nucleados en la UNIR acordaron ayer formar una comisión para gestionar ante el Gobierno nacional medidas específicas para el sector industrial.
“UNIR, Gobierno y oposición trabajaremos sobre tres temas principales, uno la reglamentación de la apertura a las importaciones, otro la mecánica de trabajo para operativizar la reexpresión de bonos fiscales, y por último disponer un diálogo flexible para habilitar la implementación de políticas activas y diferenciadas para la región”, aseguró Galleguillo.
Para el gobierno provincial y los empresarios locales la crisis que atraviesan hoy las empresas radicadas en La Rioja responde particularmente a la apertura de las importaciones, el aumento de las tarifas en el sector, a los que se suman dificultades de cada empresa. Al respecto, Galleguillo consideró que las medidas que piden podrán permitir “mitigar los efectos de las desigualdades de La Rioja con respecto a los grandes centros de consumo y producción del país”.
