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“Hay que mejorar la oferta para recuperar el mercado brasileño”

21 octubre de 2016

Entrevista a Gustavo Segré, CEO del Center Group. Por Florencia Barreiro

Gustavo Segré, analista y CEO de la consultora brasileña Center Group, examina la actual coyuntura brasileña, dice que Michel Temer es mejor que Dilma Rousseff y desafía a los empresarios locales a ser más competitivos para poder aprovechar el futuro repunte de la demanda del principal socio del Mercosur.

Se dieron a conocer los datos de una nueva caída de la economía brasileña en agosto. ¿Todavía no se tocó fondo?

La serie se mide con atraso y todavía vamos a tener algunos meses de malas noticias. De todas maneras, seguimos viendo un punto de inflexión a partir del último trimestre del año. Si no se tocó el fondo, se esta muy cerca de ello. El movimiento macroeconómico es como una locomotora con muchos vagones: demora para disminuir la velocidad cuando viene en movimiento, pero también demora para arrancar cuando está parada.

¿Cuáles cree que es la principal causa de la demora de la salida de la recesión?

Es el impacto de dos años de una tremenda depresión. Si al -3,8% del 2015 le agregamos el -3,3% del 2016, es como si estuviéramos hablando ?dado el retroceso?de un Brasil del 2009. Y la caída podría haber sido mayor si Dilma y el PT siguieran en el Gobierno.

¿Qué parte de responsabilidad le corresponde a las turbulencias políticas y a la nueva política de Michel Temer?

Siempre dije que Temer no es la mejor opción para Brasil, pero es mucha mejor opción que Dilma. No le colocaría ninguna responsabilidad al Gobierno de Temer por los malos indicadores actuales de la economía porque si Temer no estuviera como Presidente los indicadores serían mucho peores.

¿Cómo evalúa el actual clima empresario?

Hay mucho optimismo. Los dos indicadores de humor de mercado son la Bolsa y el dólar. La primera, se encuentra en niveles muy superiores a los que podríamos imaginar a finales del 2015. Los analistas más optimistas proyectaban un Bovespa en 60.000 puntos a fin del 2016, y ya superó los 63.000. El dólar, que comenzó el año en 4,13 reales, está en 3,14. El desafío ahora del actual Gobierno es traducir todo el optimismo del mercado en indicadores de la economía real.

¿La baja de la tasa de interés es también una señal?

La baja de la tasa de interés después de cuatro años, que llevó la tasa Selic del 14,25% para 14%, junto con la aprobación de la primera votación (de cuatro necesarias) de la PEC 241 que congela el gasto público en términos reales por 20 años, es la base del optimismo que el mercado está mostrando. Todo nos lleva a pensar, además, que el Banco Central de Brasil bajará de nuevo en la próxima reunión del Copom de noviembre.

¿Qué es lo que más les preocupa?

Hay dos fantasmas en el Gobierno de Temer. El primero es que el Tribunal Superior Electoral podría cancelar la fórmula presidencial Dilma?Temer, y si lo hace antes de fin de año, serían convocadas nuevas elecciones. Si eventualmente la cancela después del 1° de enero, el Congreso determina por la vía indirecta quién será el próximo Presidente hasta las elecciones de octubre del 2018. Y el segundo es lo que pueda aparecer en la operación judicial y policial Lava Jato. Son imprevisibles las declaraciones como arrepentido de Marcelo Odebrecht y los 80 ejecutivos de la empresa. Corren rumores de que Temer estaría en la lista de políticos pagados y esto generaría una inseguridad complicada.

¿Qué perspectivas ve en el comercio bilateral?

La mejora brasileña seguramente vendrá en 2017, pero no es una condición suficiente para mejorar la demanda de productos argentinos. Hay una demanda potencial. Pero si Argentina tiene un local en la calle Florida y se llena de brasileños con ganas y dinero para comprar, necesita tener productos y precios competitivos para que esta masa de demanda compre sus productos. Si Argentina no mejora su oferta exportable, su calidad y sus costos, una eventual mayor demanda de Brasil puede ser aprovechada por otros países.

Argentina ya perdió parte de su comercio?

En el 2000, Argentina le vendía a Brasil el 12% de todo lo que Brasil le compraba al mundo. Hoy le vendemos el 6%. Perdimos la mitad del mercado. Necesitamos dejar de perder y volver a los índices de 16 años atrás

¿Cree que la intención de bajar 35% el costo para los certificados de origen y reducir los tiempos en los trámites puede agilizar el comercio?

Puede mejorar pero no moverá la aguja lo suficiente. Hay dos mecanismos que podrían aumentar rápidamente las exportaciones argentinas a Brasil y desconozco el motivo por el cual no se implementan o negocian. Y tienen que ver con que no se respeta cuestiones del Tratado de Asunción en lo que se refiere al registro de productos y a los tributos.

¿A qué se refieren?

El primero se refiere a que si un producto argentino está registrado en Senasa, aun así hay que registrarlo en Anvisa en Brasil y este trámite puede demorar años. Hoy hay demanda y oferta competitiva para alimentos, pero si una empresa argentina quiere exportar un producto por primera vez demora dos años para poder hacerlo. Y el artículo 7 del Tratado de Asunción tampoco se respeta: un producto argentino (autopartes, por ejemplo) paga mucho más impuestos que el mismo producto fabricado en Brasil y lo que paga es lo mismo que paga un producto americano o de otro origen.

¿Ve posible en el corto plazo el avance vía Mercosur de un acuerdo de libre comercio con la Unión Europea, Canadá o con otros mercados?

Veo posible el acuerdo del Mercosur con la Unión Europea porque seráaun diploma de incompetencia no conseguir este acuerdo que se está negociando desde hace mas de 20 años. Creo que para que el Mercosur mejore los acuerdos con terceros mercados será bueno retraer el Mercosur a una zona de libre comercio. Hoy es una unión aduanera donde, si uno de sus socios desea hacer un acuerdo con un tercero, van todos o no va ninguno. En la zona de libre comercio, si uno de los miembros quiere acordar puede invitar a los demás socios, pero si uno no quiere, el acuerdo se hace igual. Esto le daría más flexibilidad al bloque y nos obligaría a ser más competitivos. El Mercosur es como un casamiento de 25 años: encuentra la forma de mantener el encanto o será un casamiento fracasado.

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