La integración es bien vista entre los latinoamericanos y bie venida su profundización; incluso, por encima de otras regiones del planeta. Esto, al menos, es lo que se desprende de un informe conjunto del Instituto para la Integración de América Latina y el Caribe (BID-INTAL) y Latinobarómetro, donde el 89% de los encuestados marcó los beneficios de los procesos de convergencia entre países que se dan en el subcontinente, más allá de cuáles fueran éstos. Y más allá, también, de los prejuicios al respecto.
El informe, quesintetizaelrelevamiento permanente bajo el nombre Bien Público Regional, mide la opinión de los latinoamericanos sobre aspectos sensibles para el diseño de las políticas públicas, como condiciones de vida, infraestructura, seguridadciudadanaymedioambiente, entre otros temas. Y se realizó sobre la base de 20.204 encuestas exclusivas realizadas en 18 países de la región. El argentino, dos veces ministro (del Interior y de Justicia), Gustavo Béliz, es el director del BID-INTAL.
Desarrollo
La sustentabilidad es otra de las prioridades para los latinoamericanos, tanto en su aspecto social como ambiental. El 51% sostiene que las políticas sociales deberían ser la prioridad del desarrollo y el 40% asegura que la integración impactó positivamente sobre el empleo, a contramano del prejuicio vinculado a que “los extranjeros vienen a quitarnos nuestro empleo”. En relación a la sustentabilidad ambiental, el 49% de los latinoamericanos se mostró dispuesto a pagar hasta 20% más por sus productos si en la producción se cuida el medio ambiente.
“El cruce posibilita comprender las demandas de integración en América Latina y el impacto de las políticas públicas que buscan satisfacerlas, de modo de calibrar mejor su diseño para que tengan el resultado esperado”, comentó Béliz, en la presentación.
Inversiones
El informe también advierte sobre un avance en la consideración positiva que tiene la inversión extranjera en estos países. El 71% de los latinoamericanos asegura que los capitales externos son beneficiosos para las economías internas, mientras que apenas el 15% sostiene que son perjudiciales. En las últimas dos décadas, la resistencia a este tipo de inversión se redujo cinco puntos porcentuales (del 20% al 15%), reflejando así, una menor antipatía al inversor extranjero.
Paralelamente, en una escala de 1 a 10, la disposición a pagar impuestos o tomar créditos por mejorar la infraestructura que facilite la integración fue de 3,8 en el promedio regional. Esta disposición es mayor en los países con una infraestructura menos competitiva.
Para Marta Lagos, directora y fundadora de Latinobarómetro, señaló que “el mapa de información y conocimiento en cada área que presentamos muestra un continente heterogéneo, necesitado de alcanzar una convergencia en cuestiones fundamentales y consensos válidos que apuntalen procesos de integración multifacéticos y prioricen el bien común”.
