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El bono de $2.000 no alcanzaría para compensar la inflación

24 octubre de 2016

La semana pasada, luego de una larga reunión en la que coincidieron funcionarios nacionales, empresarios y la cúpula de la CGT, el Gobierno anunció un acuerdo para otorgar un bono de fin de año de al menos $2.000 a los trabajadores privados. Esa maniobra le permitió desactivar el paro con que los gremios venían amenazando y evitar la reapertura de las paritarias pero, sobre todo, le permitió anunciar que de esa manera quedará saldada la pérdida de poder adquisitivo que sufrieron los trabajadores este año y utilizar ese argumento para sentarse a negociar los aumentos del 2017 “sin deudas”. Lo cierto es que ese bono está lejos de ser un hecho y, aún en caso que estuviera garantizado, mediciones privadas indican que no alcanzaría para compensar la erosión de la inflación sobre los salarios.

Desde el IERAL, de la Fundación Mediterránea, consideraron que los segmentos de población de menores ingresos terminarán el año con un saldo negativo en la evolución de sus ingresos, mientras que los únicos que habrán podido superar la inflación serán los asalariados formales de ingresos medios-altos.

Según los investigadores Marcelo Capello y Vanessa Toselli, si el bono de $2.000 se paga a todos los trabajadores y se considera al mismo tiempo la exención del pago de Ganancias sobre hasta $15.000 del medio aguinaldo de diciembre se darán los siguientes casos. Un asalariado casado con dos hijos que cobra aproximadamente $13.000 mensuales brutos en 2016, verá caer 4,3% su salario real de bolsillo respecto a 2015, mientras que si sus ingresos resultan de alrededor de $26.000 mensuales, entonces la baja en su poder adquisitivo sería de 5% este año. En cambio, si se trata de un asalariado que es alcanzado por el impuesto a las Ganancias, este año tendrá una mejora en su poder adquisitivo de entre 4 y 6%.

Apenas comenzaron a ser presionados por los sindicatos, desde el Gobierno aseguraron que las medidas de protección irían destinadas a “los más vulnerables” y por eso anunciaron un bono de $1.000 para jubilados de la mínima y para familias con algún hijo cubierto por AUH. Sin embargo, en lo que respecta a los trabajadores, el compromiso al que se llegó con los empresarios fue que evaluarán sector por sector la posibilidad de otorgar el bono, dado el escenario diverso en el que llega el pedido. Es una posibilidad que las actividades más prósperas otorguen el bono y que las más afectadas por la baja de la actividad y la apertura de las importaciones no. Es decir, que los trabajadores en situación más compleja ?que corren riesgo incluso de ser despedidos? serían los que se quedarían sin el ingreso extra.

El centro de estudios Atenea, por su parte, destacó que la remuneración promedio del sector privado en julio fue de $19.219 y si bien aumentó un 32% en el año (julio 2015-julio 2016), los precios se incrementaron en promedio un 42,8% (agosto 2015-agosto 2016). Frente a este escenario, el informe señala que en los primeros siete meses del año el poder adquisitivo de los salarios acumuló una caída promedio de -8,3% y, con respecto a la variación interanual, en julio los números mostraron un derrumbe de los salarios privados de -9,6% promedio.

Según el informe de Atenea, si se toma como referencia la remuneración promedio del sector privado para recuperar la pérdida de poder adquisitivo que sufrió el salario hasta agosto de 2016, el bono de fin de año debería rondar los $15.000.

Pero la situación no es igual en todos los sectores, y un mismo monto tendría un impacto diferente en cada una. En este sentido, el Centro de Economía Política Argentina (CEPA), analizó la evolución de los convenios de trece actividades y calculó que para equiparar el poder adquisitivo alcanzado en las paritarias de este año con las de 2015, debería otorgarse un bono de a $14.867,60 para metalúrgicos, $12.975,08 para comercio, $8.962,81 para construcción, $10.416,49 para gráficos, $13.435,71 para gastronómicos y $6.335,71 para la administración pública.

Esos números no son los que tienen en mente los empresarios ni los que pueden afrontar muchos de ellos, que apenas lograron este año sostener los puestos de trabajo.

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