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“No me imagino a Cristina como candidata a senadora”

Entrevista a Gabriel Katopodis, Intendente de San Martín.

09 septiembre de 2016

La conocida como “segunda renovación” del peronismo encuentra en el intendente de San Martín, Gabriel Katopodis, a uno de sus principales representantes. La reestructuración potencial tiene eje en quienes gobiernan provincias o municipios. Y, en la provincia de Buenos Aires, a un núcleo que tomó el nombre de Grupo Esmeralda, con protagonismo creciente en las últimas semanas. El martes pasado, por caso, organizó el homenaje a 29 años del triunfo electoral a gobernador de quién encabezara la primera renovación, Antonio Cafiero.

En ese sentido, Katopodis señala que el peronismo debe ampliar la representación y “conectar con sectores a los que se les dejó de hablar, que no lo supimos interpelar”. Dice que no se imagina compartiendo boleta con Sergio Massa, y tampoco, ve a Cristina Fernández de Kirchner encabezando la lista de senadores.

¿Qué interpretación hace del acto en homenaje a Cafiero?

Fue importante la convocatoria, de casi treinta intendentes, cinco gobernadores, un secretario general de la CGT, no menos de diez representantes de gremios. En ese sentido había no sólo un reconocimiento a la figura de Antonio, si no también la necesidad de encontrarse, desde el peronismo, para empezar a expresar algunas cosas que tienen que ver con los desafíos del movimiento hacia adelante. En los discursos apareció eso, los ejes de la renovación.

¿Le sorprendió la presencia de ciertas figuras?

Había dos características en el encuentro. La primera, la invitación general para quienes se reconocen dentro de este sentimiento. La figura de Felipe Solá expresa eso, además de haber tenido una responsabilidad en aquella etapa, o la presencia de gremios, que de hecho muchos de ellos tienen pertenencia en otros sectores. Había una convocatoria que tenía el objetivo de ampliar la representación a sectores que el kirchnerismo o el peronismo había desencontrado. La otra tiene que ver con los que estaban en el escenario: representa a quienes ganaron y administran territorio. Si hay un punto de partida para este proceso está en aquellos que, en los municipios o provincias, fueron legitimados. El peronismo que gobierna.

¿La bandera de la renovación la levantanlos que hoy tienen la responsabilidad de gobernar?

No, no. Quienes ganaron y tienen esa responsabilidad fueron legitimados y tienen, por lo menos, una tarea en este proceso y una responsabilidad, más que un privilegio. Porque de algún lado tenemos que ir reconstruyendo el peronismo, después de una derrota como la que se sufrió, en donde todos los alineamientos y las condiciones están en juego, de algún lado hay que empezar. Ya estuvimos reunidos con gobernadores, planteando los temas que nos ocupan y preocupan a los que gobernamos territorio, que es distinto a otros dirigentes que no están en esta situación y el zapato, aprieta por otro lado.

Hay varios dirigentes, presentes en el acto del martes pasado, que no representan la renovación tanto generacional como ideológicamente. ¿Lo ve así?

Si, estoy de acuerdo, que en definitiva hubo una convocatoria muy amplia y diversa, pero creo que tenía que ver con la figura de Cafiero, y muchos fueron en ese tren, y no todos los que estábamos ahí expresamos lo mismo, está claro.

¿A la hora de mantener encuentros con el foco únicamente en trazar los lineamientos de la renovación, sería más selectiva la convocatoria?

Si. Pero estamos planteando unir a todos los intendentes de la provincia de Buenos Aires, que somos cincuenta, cincuenta y cinco, para ponernos un poquito al frente. Por otro lado ampliar la representación, es el otro drama que tiene el peronismo. Hablarle a sectores que se les dejó de hablar, sectores medios, empresarios, comerciantes, que en muchas etapas anteriores estuvo como desencontrada.

¿De dónde surge ese desencuentro?

Que no lo supimos interpretar. Cuándo ves el resultado que sacó el kirchnerismo en 2011 y los veinte puntos que se pierden cuatro años después, esa perdida de votos se expresa en muchos sectores que no pudimos incluir en nuestra propuesta. A muchos que en el 2015 le preocupaba la inflación, la inseguridad y el desempleo, no tuvimos la capacidad desde el discurso de seducirlos. Se trata de volver a conectar, tomar las demandas de la gente y ponerlas en agenda.

Cafiero, en los años de la renovación, escribió el libro acerca del “Peronismo de la derrota”. Ahora, que surge una nueva renovación, ¿quién representa el peronismo de la derrota?

Si, siempre que se pierde una elección como la que perdimos tenemos que encontrar en qué cosas nos equivocamos. Cuando uno hace una autrocrítica desde un espacio, supone también en que se equivocó uno y en el conjunto del sector político que participa. Me parece que hubo dificultades para proponer un mensaje claro, incapacidad para interpelar e influir y se quedó focalizado en un determinado sector que ya estaba convencido, y no alcanzó.

¿Qué certezas reúne el nuevo armado?

Que debe ser una construcción amplia que nos permita generar una nueva mayoría en Argentina, y esa mayoría se construye con eje en el peronismo y con sectores que exceden al peronismo. En cuánto a nombres me parece que van a venir cuando llegue el momento, seguramente el año que viene, año electoral. Todavía el peronismo debe reubicarse, cómo hizo Cafiero hace casi treinta años, poner al peronismo cerca de la gente y sacarlo de la discusión entre dirigentes.

¿Se sienten representados con el papel que desarrolla el kirchnerismo en el Congreso?

Nos sentimos representados con la agenda que a veces lleva el kirchnerismo pero también con proyectos que han impulsado bloques como el Justicialista o el Frente Renovador.

¿La semana que viene el Grupo Esmeralda se reúne con Florencio Randazzo?

No. No tengo esa información, y para ser claros, no hay tal Grupo Esmeralda, hay un grupo de intendentes que fuimos tomando algunas iniciativas, pero la perspectiva es la de reunir a los 55 intendentes, y no la de fragmentar distintas expresiones. A veces lo logramos más fácil y a veces cuesta un poco más, pero esa es la tarea. No tenemos previsto juntarnos con Florencio, aunque lo respetamos y compartimos seguramente una mirada en cuanto a lo que tiene que hacer el peronismo hacia adelante.

¿Cuál es su opinión acerca de la gestión de María Eugenia Vidal, en el contexto que significa gobernar la provincia de Buenos Aires?

Los problemas que tiene la provincia son estructurales, que vienen hace muchos años, pero que requieren decisiones firmes, claras, y saber qué se quiere hacer. En el caso de la gobernadora hay en temas como la seguridad, obra pública y salud, que bueno, todavía algunas dudas con lo que quieren hacer. No hemos visto en estos nueve, diez meses, con claridad, a dónde quieren ir. Son problemas estructurales que hay que empezar a resolver.

¿Cree que la herencia que recibió Vidal es tan grave como la que suelen recordar?

Tienen problemas de hace muchos años. Pero la realidad es que muchas veces se quiere poner en foco en los problemas heredados como manera de evitar respuestas y soluciones hacia adelante. El Gobierno cree que, hablando de lo recibido va a lograr evitar encarar y dar explicaciones sobre lo que deben hacer. En las elecciones la gente siempre sabe que está evaluado y lo mismo sucederá en las próximas instancias.

A modo ping pong:¿imagina a Sergio Massa compartiendo el mismo frente que integran ustedes?

No, Sergio está construyendo otra cosa, un espacio aparte, haciendo otro recorrido.

¿Y a Cristina Fernández de Kirchner como candidata a senadora por la provincia de Buenos Aires en 2017?

No. No. No creo que este sea el objetivo y el rol que ella quiera ocupar hacia adelante.

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