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Los bonos provinciales que más se destacan

Para los más aventurados, los bonos que tienen vencimiento entre 2021 y 2024 son los que lucen más atractivos. Para aquellos más conservadores, la apuesta son los papeles dollar-linked. Los retornos son muy altos, pero hay riesgos. El de Mendoza, muy recomendado.

14 septiembre de 2016

por Dolores Ugarte

El fin del default marcó la señal que esperaban las provincias para buscar financiamiento externo, especialmente tras la exitosa emisión del soberano por un volumen de US$ 16.500 millones, a tasas que promediaron el 7,2% en la primera mitad del año.

Los expertos coinciden en que los títulos provinciales ofrecen distintas oportunidades, pero las recomendaciones varían según cada de perfil de inversión. Para los más aventurados, los bonos que tienen vencimiento entre 2021 y 2024 son los que lucen más atractivos. En cambio, para aquellos más conservadores, la apuesta que se recomienda es en bonos provinciales dollar-linked.

Si bien los bonos provinciales son los activos de renta fija más riesgosos del mercado, también son los más atractivos: tienen retornos superiores a la deuda soberana y también a las obligaciones negociables en dólares.

Los más recomendados Ezequiel Zambaglione, jefe de research de Puente, explica que desde la banca de inversión recomiendan la deuda provincial en general, especialmente los bonos que tienen vencimientos entre 2021 y 2024, que es donde ofrecen los mayores rendimientos cuando se los compara con los bonos soberanos.

“Las provincias en general muestran buenos datos, pero si tuviera que elegir me inclinaría por Buenos Aires 2021 y 2024. También Córdoba tiene superávit y bajos niveles de deuda. Asimismo, algunos bonos de Neuquén y Chubut son atractivos porque están garantizados por las regalías que cobran las provincias por la explotación de hidrocarburos”, aseguró Zambaglione.

Desde una postura más conservadora, Nery Persichini, economista de Inversor Global, explicó que los bonos provinciales no fueron la excepción a la compresión de spreads que se vio en 2016.

“Tienen valuaciones elevadas o, lo que es lo mismo, tienen rendimientos bajos. Comparados con títulos soberanos, tienen un premio muy reducido que, a mi criterio, no llega a compensar el riesgo subsoberano”, subrayó Persichini.

Sin embargo, rescató que se pueden encontrar rendimientos de entre 6% y 7% sobre la devaluación. “Si bien el ámbito al que migra la Argentina es el atraso cambiario en el corto plazo, el esquema de metas de inflación, si funciona correctamente, dotará de mayor volatilidad al tipo de cambio”, aseguró.

Pero el economista de Inversor Global no sólo destacó esta característica sino que también compartió que “otro uso interesante que se le puede dar a los bonos provinciales más cortos es combinarlos con la venta de futuros de dólar. Así, se arman sintéticos que permiten obtener retornos anuales del orden del 30%”.

Sin embargo, del universo de deuda que colocaron las provincias argentinas este año en el mercado internacional, muchos inversores coinciden en que la más atractiva es la de Mendoza.

Esta provincia acaparó las miradas en el rubro financiero durante el primer trimestre del 2016. Sólo a comienzo de año la provincia hizo una emisión de $1.000 millones para pagar deudas pendientes con los proveedores del Estado. Luego, a mediados de mayo, emitió un bono por US$ 500 millones que vence en 2024.

Hasta ahora, los inversores no se muestran tan interesados por estos títulos. Pero, mientras los bonos soberanos comienzan a reducir sus rendimientos en el mercado, distintos especialistas comienzan a nombrar a la cuyana a la hora de recomendar riesgo argentino.

Entre los factores que ponen a la deuda mendocina en el foco de los ahorristas, analistas remarcan que su estructura de ingresos es estable y que su nivel de gastos puede mantenerse controlado.

Para adquirir cualquiera de estos bonos hay que recurrir a agentes autorizados, que están agrupados en dos organismos: el Mercado Abierto Electrónico (MAE) y las sociedades de Bolsa de Buenos Aires y del interior.

Es necesario aclarar que para comprar cualquiera de estos títulos debe decidirse primero el perfil de inversión y acercarse a un banco en el cual se deberá abrir una cuenta de inversión. Con la operación debe evaluarse el monto de los gastos y las comisiones, ya que aumentan la inversión y disminuye el rendimiento de la operación.

Los riesgos

Antes de tomar la decisión de invertir en estos bonos, el inversor no debe ignorar que, comparativamente, los bonos provinciales son incluso más riesgosos que los títulos corporativos. La razón es que las provincias emplean los fondos captados para pagar gastos corrientes.

En cambio, las empresas toman deuda para financiar inversiones, con lo que se refuerza la capacidad de repago de las obligaciones en el futuro. En esta línea, hay tres clases de riesgos que el inversor asume cuando invierte en bonos: el riesgo de pérdida del poder de compra (es afectado por la inflación, pero como éstos son en dólares, este factor no afecta), el riesgo de tasas de interés (se identifica como el riesgo sistemático asociado a los títulos de renta fija) y el riesgo de default, es decir, la incertidumbre de pago de los cupones de renta.

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