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Depósitos privados, apenas 15% del PIB

30 septiembre de 2016

El vicepresidente segundo del BCRA, Demian Reidel, dio ayer una conferencia en la 37° Convención Anual del Instituto Argentino de Ejecutivos de Finanzas (IAEF) y ahí se refirió a la importancia de desarrollar el sistema financiero en un contexto de estabilidad macroeconómica, una de las grandes cuentas pendientes de la economía local. En línea con el discurso que diera el presidente del BCRA durante la presentación del Informe de Estabilidad Financiera del primer semestre, Reidel remarcó el pequeño tamaño del sistema financiero: “Hoy, los depósitos del sector privado representan el 15% del PIB, comparado con niveles de cerca de 60% para algunos de nuestros países vecinos. Lo mismo pasa con el crédito, que es apenas 12% del PIB mientras que este ratio suele exceder el 100% para países desarrollados. Estos valores tan bajos muestran que el rol del sistema financiero de transformar ahorro en inversión se encuentra prácticamente parado”.

Al respecto, acentuó que el rol de los bancos como instrumentos de ahorro y crédito productivo está desdibujado: “Esencialmente, los bancos hoy cumplen un rol meramente transaccional. Son una suerte de gran chequera para poner en depósitos lo mínimo indispensable, como para pagar las cuentas”. “Para poder aumentar el nivel de crédito, es necesario atraer depósitos y para esto es necesario proveer una tasa de retorno razonable al ahorro y debería incluir una prima de riesgo. Si un ahorrista hubiese invertido hace 30 años cien pesos en un plazo fijo hoy sólo le quedaría un peso y medio. En 30 años, el retorno total a su capital ha sido de -98,5%”, detalló. Y agregó: “Una de las medidas más importantes que ha tomado el BCRA es cambiar esta lógica e instalar una tasa de interés real positiva a través de sus herramientas de política monetaria”.

A eso, remarcó Reidel, hay que sumarle la estabilidad macroeconómica, clave para el retorno del ahorro nacional. En ese sentido, dijo: “El mandato principal del BCRA es la estabilidad monetaria y, para eso, ha establecido un régimen formal de metas de inflación”. Además, destacó que ambos objetivos (la caída de la inflación y la vuelta del ahorro) tienen algo en común: la necesidad de tasas de interés positivas. Y destacó que la caída de la inflación, al generar que se achique la diferencia entre las tasas activas y las de fondeo, particularmente en cuentas de depósitos a la vista, implica que los bancos deban encontrar nuevas fuentes de negocio como el crédito hipotecario y mejorar la eficiencia de sus actividades”.

Finalmente, señaló: “Una de las grandes ventajas de dicha estabilidad es la posibilidad de crear una curva de rendimientos de largo plazo en pesos. Sin ir más lejos, el Gobierno está a punto de emitir un bono a cinco años con tasa nominal en pesos. Este proceso ya se ha iniciado”.

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