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Un segundo semestre con números para el olvido

Para FIEL, el corto plazo no será mucho mejor.

05 agosto de 2016

Parece haber consenso en que el segundo trimestre habría sido el peor del año. “El segundo trimestre del año cerró con números para el olvido”, aseguró en ese sentido el economista jefe de FIEL, Daniel Artana, en un informe pu blicado por la consultora ayer.

Según FIEL, el período que va de abril a junio arrojó una caída del PIB de 2,4% interanual contra el mismo trimestre del 2015 y una de 0,5% en la comparación contra el primer trimestre desestacionalizada. A estos datos complicados, Artana le sumó una visión de futuro a corto plazo no mucho más alentadora (aunque seguramente nada será tan malo como el segundo trimestre) y una de mediano plazo bastante optimista aunque con importantes desafíos. “El panorama del tercer trimestre del año no sería mucho mejor. Proyectamos una contracción adicional del PIB”, sostuvo el economista de FIEL en su informe.

Por el lado de los niveles de inflación, en tanto, afirmó que, si bien debería seguir dándose el proceso de desinflación que se viene insinuando aunque con cierta suciedad por las diferentes velocidades que muestran los distintos indicadores según espacio geográfico y según el rubro de productos que se mire, para julio FIEL midió una inflación núcleo mayor a la de meses anteriores.

A largo plazo

“Hacia adelante, sí hay espacio para un mayor optimismo porque habría varios factores que ayudarían a un rebote en la actividad, que debería ser visible con mayor claridad el año próximo”, explicó el economista jefe de FIEL. Esos factores son fundamentalmente: el renacimiento de la inversión pública al que apunta el Gobierno para reactivar la actividad tras unos meses de quietud, el incremento del consumo que Un segundo semestre con números para el olvido vendría gracias a las transferencias de ingresos a ciertos sectores de ingresos medios de jubilados, la potencial entrada de capitales mediante el blanqueo y la recuperación del salario y las jubilaciones reales una vez que haya aflojado la agobiante presión inflacionaria. Con todo, Artana proyecta un crecimiento de entre 3% y 3,5% para el año que viene, en línea con lo que espera el promedio de especialistas consultado por el último REM, que proyectó un crecimiento del 3,2% para ese año, y lo que implicaría un fuerte contraste con la caída de la economía del 1% que espera para este año y lo que beneficiaría al Gobierno de cara al año eleccionario. Lo mismo sucedería con la inflación ya que este año cerraría en el 39,5% y caería, según sus cálculos, al 25% a finales de 2017, en un dato que sí está bastante por encima de lo esperado por el promedio de los consultados por el REM, que marcan una inflación del 20% para diciembre de ese año.

Desafíos

En cuanto a los retos que todavía deberá enfrentar el Gobierno, Artana apuntó a la falta de un programa económico de mediano y largo plazos. “El programa de desarrollo del Gobierno es un misterio”, advirtió. Según el economista de FIEL, el gran problema es la falta de inversión, que tenía una participación del 19,5% del PIB y en el primer trimestre se redujo a 18,5% y cuyo bajo nivel se justifica por la falta de ahorro interno. “La solución pasa por resolver las ineficiencias que afectan a todos los sectores. Falta una agenda del desarrollo moderno que abandone el populismo en lo público, incluyendo la receta fácil (y equivocada) de evitar la competencia”, señaló. En ese sentido, para Artana los grandes problemas a futuro podrían ser el atraso cambiario, las falencias serias de infraestructura, los altos impuestos y las regulaciones ineficaces.

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