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Segundo semestre con bolsillos “flacos”

La economía navega hoy entre la persistente inflación, caída de la actividad y consumo que no reacciona.

16 agosto de 2016

La apuesta fuerte del Gobierno al comenzar su gestión era que en la primera parte del año se acomodara la mayoría de las variables económicas y que en el segundo semestre empezarían a verse los resultados de la política económica oficial. En el plan del Gobierno el levantamiento del cepo cambiario, el sinceramiento de los precios tras una devaluación del peso que llevó el dólar de los $9,70 por unidad a los $15,10 de la actualidad, y el acuerdo alcanzado con los holdouts, alumbrarían un nuevo tiempo para que la actividad económica se recuperara y las inversiones llegaran con mayor fuerza y volumen con el correr de los meses.

Pero en el medio, algo falló. El ajuste de tarifas de servicios públicos (agua, electricidad, gas, transporte) tiene a maltraer a la sociedad desde marzo pasado y el Gobierno no logra encontrar la salida a un tema crucial como ese. También sobrevino el recalentamiento de precios desde principios de año y el impacto de los aumentos de bienes, servicios y tarifas en el bolsillo de los consumidores es hoy una dura realidad con la que tendrán que convivir los argentinos, al menos por un tiempo.

Mes a mes distintos indicadores reflejan que el consumo en el mercado interno está deprimido por la caída del poder adquisitivo, en especial de personas con ingresos fijos (asalariados, jubilados y pensionados, beneficiarios de planes sociales). Sin dudas, una mala noticia para la economía argentina, en momentos en que las exportaciones están cayendo por la recesión que atraviesa Brasil, el principal socio comercial de Argentina.

Mercado deprimido

Según un informe elaborado por la Federación Económica de la Provincia de Buenos Aires (FEBA) las ventas en los comercios minoristas en ese distrito retrocedieron (en cantidades) 8,9% en julio, comparado con igual mes de 2015. Las caídas más notorias se registraron en productos de línea blanca y electrónicos (-14,3%), dos segmentos que bien podría decirse, están asociados al bienestar. Pero no son los únicos, también se contrajo la construcción (-12,6%) y hasta el consumo de alimentos y bebidas (-2,3%) y medicamentos (-5,3%).

Como dato adicional hay que destacar que según la entidad empresarial se registró una baja en las cantidades vendidas en supermercados y centros de compra. En el caso de los supermercados, en los 24 partidos del GBA las ventas retrocedieron en mayo 13,1% interanual en valores, mientras que los súper del interior de la provincia la contracción fue incluso superior, llegando al 15,3% internual.

Feriado largo

La jugada del miniturismo también está mostrando un escenario complejo. Este reciente fin de semana largo, cerró con una caída de ventas del orden del 10,5%, según estimaciones de la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (CAME), que mide el desempeño de los principales centros turísticos de todo el país. La entidad consigna que el movimiento de personas entre el 12 y el 15 de agosto fue “muy tranquilo y la actividad escasa”, contabilizando 580.000 turistas que pernoctaron en algún centro de descanso, frente a los 611.150 de hace un año. Esto supone una merma superior al 5%, que sin embargo, “ayuda a inyectar recursos en las economías regionales”, asegrua CAME.

En cuanto al gasto promedio, la entidad consigna que este fin de semana el gasto diario promedio orilló los $ 590, 31% más que el mismo feriado del año anterior ($ 450 promedio). Este nivel está algunos puntos por debajo de la inflación anualizada, más cercana al 45%. Según el relevamiento de CAME, realizado en 40 centros turísticos del país, el último fin de semana se gastaron en total $ 959 millones.

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