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Según un estudio de Idesa, el desempleo estructural es grave

29 agosto de 2016

La tasa de desempleo registrada en las provincias del norte, más bajas que las del resto del país, revela no necesariamente una mejor situación laboral, sino que, acompañada del indicador de la tasa de actividad, evidencia una alta proporción de personas que consideran estéril buscar trabajo. Así lo señala un informe de la consultora Idesa, que asegura que la escasez de empleos “es grave y justifica una estrategia integral que demanda mucha innovación y audacia política”.

Desde Idesa retomaron los datos de mercado de trabajo publicados por el Indec y señalaron que la clave para explicar el aumento de la tasa de desempleo (que pasó de ser 6,6% en diciembre de 2015 a 9,3% en el segundo trimestre de 2016) es que el año pasado se registraban 11,9 millones de personas que integraban la población económicamente activa, mientras que este año se reportaron 12,5 millones. “El aumento en 600.000 personas participando del mercado laboral se distribuye en un incremento neto de 200.000 ocupados y 400.000 desocupados. Es decir que hubo una fuerte transformación de desempleo oculto (inactivos involuntarios) en desocupación explícita”.

Los investigadores señalaron que, pese al proceso de reordenamiento, los números del Indec todavía generan muchas “suspicacias” y “siguen resultando reveladoras las diferencias regionales”. En este aspecto, para el segundo trimestre del año 2016 aparece que en los tres grandes aglomerados urbanos del país (GBA, Córdoba y Rosario) la tasa de participación laboral es de 48% y la de desempleo de 11%. En el resto de las zonas centro y sur la tasa de participación laboral es de 44% y la de desempleo de 7%. En NOA y NEA la tasa de participación laboral es de 42% y la de desempleo de 6%.

“Estos datos muestran la estrecha correlación entre tasa de participación (gente que trabaja más la que busca trabajo) y tasa de desempleo (gente que busca activamente un empleo y no lo encuentra). En las regiones más dinámicas (Buenos Aires, Córdoba y Rosario) las altas tasas de desempleo se asocian con más gente participando en el mercado de trabajo. En sentido contrario, en las zonas productivamente más rezagadas (norte del país) las tasas de desempleos bajas no reflejan abundancia de oportunidades laborales, sino una alta proporción de personas que consideran estéril buscar trabajo”.

Esta situación desnuda problemas laborales estructurales que van más allá de los impactos del ciclo económico negativo. Así, se hace evidente que si bien el crecimiento económico es condición necesaria, no es suficiente para resolver los déficit de empleo. “Es imprescindible dinamizar la inversión y la producción, pero para que el crecimiento acelere las soluciones a los problemas sociales hacen falta buenas políticas tributarias, educativas, laborales y asistenciales”, concluyeron.

Según la consultora, el dato más relevante de los publicados por el Indec no es el aumento de la tasa de desempleo, ni la migración desde desempleo oculto a explícito, sino la confirmación de la insuficiencia estructural de empleos. Para resolverla, se necesita crecimiento económico, menos cargas sociales y políticas educativas, laborales y asistenciales que fomenten la participación laboral.

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