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La metodología del IPC GBA

18 agosto de 2016

por Mariano Cúparo Ortíz

El Indec presentó ayer oficialmente, en una conferencia de prensa, los cambios metodológicos para el cálculo del IPC GBA. Esto sucedió a pocos días de la presentación del IPC GBA de julio, que mostró una fuerte desaceleración (3,1% versus 2%). Eso despertó algunos cuestionamientos pues el índice estuvo por debajo de las mediciones del IPC Congreso, la mayoría de los realizados por consultoras privadas e incluso el IPC CABA.

Si bien uno de los puntos destacados de la presentación estuvo referido a la discusión metodológica, los expertos también se refirieron a la cuestión tarifaria. En ella se aclaró que los precios de las tarifas que fueron tomados en cuenta para los IPC recientemente publicados fueron los últimos vigentes legalmente, según los cuadros tarifarios.

Es decir, las variaciones de precios fueron computadas con los aumentos anunciados previamente (el de febrero en electricidad, el de marzo en gas y el de abril en agua). Esto implica que, si la Justicia avalara una vuelta atrás en los aumentos, el IPC podría registrar, al menos para el capítulo vivienda y servicios básicos, una caída de precios. Es decir, deflación. La core pasará a ser más que nunca el índice de referencia para los economistas, en ese caso. Lo mismo sucederá si cobran vigencia efectiva los topes del 400% que fueron anunciados. En cualquier caso, la decisión de la Justicia tendrá influencia directa sobre los IPC que se vienen.

Metodologías

La presentación fue realizada por el director técnico del Indec, Fernando Cerro; la directora de Indices de Precios de Consumo, Alejandra Clemente y la directora de Difusión, Silvina Viazzi. Al comienzo, Cerro sostuvo: “El índice es provisorio. Este es un caso extraordinario, en general se publica cuando ya está terminado. En este caso se va a ir mejorando, vamos a recibir reflexiones, opiniones, de ustedes, de especialistas. Estamos trabajando en un índice nuevo, el actual no lo es. Vamos a realizar una nueva encuesta de gastos a partir de marzo de 2017, con una nueva canasta”.

Aun así, explicó: “Si bien no es un índice nuevo, no se trata de una continuidad con el anterior, ya que no está basado en la Encuesta Nacional de Gasto de los Hogares de 2012 y 2013. Esto es más bien una vuelta a lo previo, ya que retomamos la Encuesta de 2004 y 2005”.

Discusiones

El IPC NU que se lanzó en el kirchnerismo calculaba la importancia de los precios de cada producto (la ponderación) a partir de la Encuesta Nacional de Consumo de los Hogares que se realizó entre 2012 y 2013. A partir de las respuestas de los encuestados se determinó una importancia relativa de cada producto. Así, no es lo mismo que aumenten los precios medios de un capítulo como alimentos y bebidas, que tienen una importancia del 36,5% que los precios de equipamiento y mantenimiento del hogar, que tienen una del 6,8%, es decir, que influyen mucho menos en los gastos de las personas.

Ayer, la dirección del Indec dio la razones por las cuales la Encuesta del 2012 y 2013 no le resultó representativa de la verdadera estructura de gastos de los hogares para el GBA: en primer lugar, el alto grado de no respuesta. Menos del 27% de los hogares de la muestra en CABA informó datos mientras que aproximadamente el 40% dio respuestas en GBA.

La decisión que se tomó fue incorporar la estructura de gastos de la Encuesta de 2004 y 2005, que fue actualizada a diciembre de 2015. Al respecto, el ex director del Indec, Alejandro Barrios, realizó el fin de semana pasado algunas críticas: “¿Los precios relativos y la composición del gasto de los hogares de julio 2016 tendrá algo que ver con la del año 2004? Nadie, con alguna racionalidad, podría contestar afirmativamente esta pregunta”. Como ejemplo, explicó que las tarifas pesan según la nueva metodología sólo 8,58%, similar a lo que pesaba en 2004 y 2005 y mucho menos de lo que pesa según el IPC CABA (12,5%). Así, los aumentos tarifarios recientes se verían subestimados en el IPC.

Otra versión del problema ofreció ayer el propio Cerro, quien sostuvo que por el retraso que fueron acumulando las tarifas durante la década anterior efectivamente la importancia de ese capítulo llegó a ser muy pequeña para la nueva base de diciembre de 2015 (en 2004 y 2005 eran 10,6%) pero que los actuales aumentos tarifarios, por las características de la fórmula con la que se calculan las ponderaciones, implican que mes a mes la importancia de las tarifas vayan creciendo en ese cálculo. Es decir, implícitamente, para el índice de agosto se toman como base de ponderación los precios de julio y no los de diciembre. Es decir, la ponderación de 8,5% en la base de diciembre ya no es la ponderación actual con la que se calculan los IPC GBA. Por otro lado, las ponderaciones desde 2004 y 2005 no son las mismas que las de diciembre de 2015. Alimentos, por ejemplo, estaba en 31,3%, y en diciembre en 36,5%.

Además, acerca de las críticas que recibió el IPC GBA, Cerro respondió: “El índice no es el ideal. Lo ideal será cuando podamos hacer la encuesta nueva, que toma doce meses realizarla, pero ahora no se puede hacer con una inflación de 40% de punta a punta. Si algún economista pretende hacer una encuesta en este año con fuertes reacomodamientos de precios relativos, le tienen que sacar el título. La Encuesta de 2012 y 2013 era insostenible. Este índice es en función de lo que tenemos, no de lo que quisiéramos tener”.

Acerca del reemplazo del IPC NU por el temporal IPC CABA, dijo: “No era coherente lo que pasaba entre el IPC NU y los de provincias. Si era cierto el dato agregado que se publicaba, tan distinto a lo que publicaban los IPC provinciales, entonces las otras provincias tenían una inflación cercana a cero o deflación”.

Ponderaciones

Las ponderaciones con las que arrancó el IPC GBA, en la base de diciembre 2015, muestran una importancia mayúscula para el capítulo alimentos y bebidas, que es del 36,5%; la de indumentaria es 8,7%; la de vivienda y servicios básicos, 8,5%; equipamiento y mantenimiento del hogar, 6,8%; atención médica y gastos para la salud, 8,4%; transporte y comunicaciones, 13,7%; esparcimiento, 8,7%; educación, 3,8% y otros bienes y servicios (cigarrillos, cuidado personal, etcétera), 4,5%. Algunas diferencias importantes se dan en el IPC CABA. Ahí, los aumentos en alimentos tienen menor importancia para el IPC, ya que la ponderación es 17,1%, menor al 36,5% en CABA. Por otro lado, los aumentos en los servicios, como electricidad, gas y agua, tienen mayor importancia en el IPC CABA, en el que tienen una ponderación de 12,5% contra la menor del IPC GBA, que es del 8,5%.

Lo que viene

Además de la nueva Encuesta de Nacional de Consumo de los Hogares, planificada para marzo del 2017 y que durará doce meses, el Indec sigue teniendo en sus planes la publicación futura de un IPC nacional. “En los primeros 12 meses se va a seguir publicando lo mismo, sin cambios: el IPC GBA. Después se discutirá cómo seguir. Hasta mayo del 2017, mínimo, seguimos con el mismo indicador, sin modificaciones, para no generar turbulencias”, explicó el director técnico.

Mientras tanto, se mantiene el operativo nacional de recolección de precios. La información se sigue recogiendo. Casualmente, informaron los directivos, ayer se estaba relacionando un plenario de los coordinadores de los IPC de cada provincia. “Lo que se hace con las provincias es paralelo. Se irán agregando módulos, pero sin modificar el índice”, dijo Cerro.

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