En julio, la inversión cayó 9,6% interanual medida en términos de volumen físico (descontando el efecto de los precios), acumulando en el transcurso del 2016 un descenso anual de 5,1%. Con este registro, la inversión se posicionó en el 20,6% del PIB medido a precios constantes. Por su parte, el volumen invertido en el mes de julio fue de US$ 4.973 millones, acumulando de esta manera un total de US$ 33.239 M en el año. Los datos surgen del último informe de Orlando Ferreres.
Los dos componentes del IBIMOJF son la construcción, por un lado y la maquinaria y equipo (la inversión más virtuosa porque permite aumentar la oferta agregada de la economía), por el otro. El dato positivo es que es que esta última está creciendo: 2,4% en julio y 4,1% en el acumulado anual. Lógicamente, la inversión en construcción sigue sin despegar y eso lleva para abajo el índice. En números, cayó 15,3% en julio y 10,1% en el acumulado anual. Un motivo central de la retracción es la obra pública, que aún no ha logrado poner primera.
El informe concluye que “si bien todavía hay señales positivas en lo relativo a los proyectos futuros por parte del sector privado, los destinos de la inversión se verán sumamente influidos por el éxito que tenga la política económica, y en particular por la consolidación de un entorno macroeconómico más ordenado”. Por ahora, muchos inversores siguen, como se dice en la jerga financiera, en modo wait-and-see.
