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Inseguridad: vuelve la Gendarmería a Rosario

El martes, reunión clave entre el gobierno de Miguel Lifschitz y la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich.

29 agosto de 2016

Una marcha multitudinaria en el centro de la ciudad, el jueves pasado, mostró el temor extendido y cierto hartazgo de la sociedad rosarina ante una situación de violencia urbana en ascenso y de inseguridad tiene fin. Y que algunos actores de protesta consideran en ascenso. El flagelo del narcotráfico, con bandas con presencia operativa en varios barrios de la ciudad, y ciertas dificultades y déficit de la fuerza policial de la provincia para encarar el tema se combinaron para tamaño hecho político, que impactó entre dirigentes políticos y referentes sociales.

En los próximos días, en ese sentido, se esperan medidas para paliar la cuestión. Con reuniones entre los gobiernos de la ciudad, de la provincia y de la Nación, y la implementación de políticas que tienen el carácter de urgente y que, se espera, también tengan eficacia.

El martes, en una reunión de trabajo sobre este tema, la ministra Bullrich establecerá con el gobernador Miguel Lifschitz cómo se efectivizará la presencia de unos 1.500 agentes federales en el Gran Rosario. Según publicó el diario La Capital de la ciudad, los gendarmes, miembros de Prefectura y Policía Federal harán un “trabajo integral en la región y en las principales ciudades y corredores de la provincia” y Bullrich exigirá a cambio que “la policía provincial no se repliegue y haga su trabajo en conjunto con las fuerzas nacionales”. La próxima marcha ya fue anunciada. Se hará el próximo 8 de septiembre. El llamado se hizo, como el jueves pasado, por las redes sociales, luego de la gran convocatoria lograda en la puerta de los tribunales y frente a la sede de la intendencia de Rosario.

Pedido

La semana pasada, el jefe de Gabinete, Marcos Peña, había mencionado en su exposición en el Congreso que la intención de la Casa Rosada era garantizar unos 3.000 agentes federales para disminuir la tasa de homicidios en Santa Fe, una de las más altas de Argentina. Se supone que en las próximas semanas llegarán la mitad. “Solicitado por el propio gobierno de Santa Fe”, remarcaron en las últimas horas desde el PRO.

El primer desembarco de gendarmes tuvo lugar en 2014, cuando se acentuaron los problemas de seguridad, con un número variable de efectivos, según las circunstancias. A principios de este año, ese número disminuyó, a partir de otras prioridades. Ahora, el gobierno de la provincia pretende reforzar la seguridad con este envío.

Por otra parte, el gobernador Lifschitz, quien prefirió el silencio luego de la gran protesta, comenzó a diseñar con el ministro de Seguridad, Maximiliano Pullaro ?fue ratificado en su cargo?, un nuevo plan de seguridad que será anunciado en los próximos días. Pullaro, de origen radical, es uno de los más convencidos en la permanencia de su partido en el Frente Progresista Cívico y Social que gobierna la provincia desde 2007. Mientras que Lifschitz parece decidido a avanzar en una reforma de la Constitución provincial en los próximos meses. Cuestiones éstas que también atraviesan la discusión, a veces con ingredientes no siempre límpidos.

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