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E&R: “Sin bajar el déficit, sólo habrá un rebote circunstancial

Si bien la economía podría crecer en 2017 será sólo un rebote “liderado por el consumo y no por la inversión”.

29 agosto de 2016

Si bien tiene menos prensa que otros indicadores macroeconómicos, el resultado fiscal del sector público (por las implicancias que tiene sobre otras variables y, hoy en día, por su estado calamitoso) debería tener una mayor centralidad en el debate público y, sobre todo, en la consideración de los policy-makers.

El Gobierno ha puesto el tema sobre el tapete pero, por ahora, ha dicho más que lo que ha hecho. “Lamentablemente, los datos de los primeros siete meses y, en particular, del mes de julio muestran que, a pesar de los esfuerzos realizados por el Gobierno por el lado de la racionalización del gasto público, los resultados alcanzados en términos de reducción del déficit fiscal del sector público nacional, primario y financiero, son por ahora poco significativos o, incluso, nulos”, dice Consultora Ledesma en su último informe.

Y, hacia adelante, el panorama es incierto: la recaudación viene floja y el Gobierno sigue (y todo indica que seguirá) gastando más de lo que ingresa a las arcas del Estado. Eso implicará problemas para bajar una tasa de inflación entre las más elevadas del mundo y/o un mayor endeudamiento público, un instrumento casi siempre nocivo por estas pampas. Implica, además, cierta inflexión a la baja para la elevada presión impositiva pues el Gobierno no puede seguir resignado recaudación tributaria.

Sólo un rebote

Según un informe elaborado por Economía & Regiones (E&R), “sin bajar 'en serio' el déficit fiscal sólo habrá un rebote circunstancial de corto plazo en el nivel de actividad liderado por el consumo, no por la inversión. Es decir, sin bajar el déficit fiscal el PIB crecería en torno a 2,5%-3% en 2017 de la mano de la apreciación cambiaria, el aumento del poder adquisitivo en dólares y el consumo. Pero sólo sería un rebote de corto plazo que, al no estar impulsado por la inversión, no generaría puestos de trabajo, ni aumentos de productividad, los pilares del crecimiento sustentable de largo plazo”.

Así, la economía seguirá exhibiendo su movimiento pendular. “El nivel de actividad probablemente continuaría atado al ciclo político con años impares de crecimiento moderado, que sirve para obtener resultados electorales, y años pares con la macroeconomía ajustando”. La meta, por lo tanto, “es bajar el déficit fiscal en forma creíble y sustentable si se pretende bajar la inflación hacia los estándares regionales impulsando la inversión privada, la generación de empleo y el crecimiento económico”.

Por último, E&R advierte (en clara alusión al rumbo inicial de las Macrinomics) que “financiar déficit con deuda (no con emisión) no soluciona los problemas de fondo, sino que tan sólo consiste en un parche circunstancial que puede tener resultados parcialmente positivos sobre el crecimiento sólo en el corto plazo”.

A la larga, advierten, “no bajar el déficit fiscal y financiarlo con deuda termina castigando indefectiblemente la inversión y el crecimiento en el mediano y largo plazos porque aumenta el riesgo país encareciendo el costo de capital. Y si el costo de capital aumenta, ya sea por incremento de riesgo país o por suba de tasa libre de riesgo, no bajar el déficit fiscal implica que el financiamiento vía emisión del BCRA puede volver al centro de la escena, obstaculizando (alimentando) el descenso (aumento) de la inflación. En este marco, no hay que esperar un rebrote ni de la inversión, ni del crecimiento económico”.

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