El crecimiento acelerado de China en las últimas décadas, y sobre todo en los 2000, fue una noticia positiva para nuestro país pues amplificó (tanto en volúmenes como en precios) nuestras exportaciones. A tal punto que, hoy, es nuestro segundo socio comercial y hacia allí enviamos, en 2015, más de US$ 5.000 millones.
Sin embargo, y sin menospreciar la importancia de ese nuevo mercado de exportación para los saldos exportables de la agroindustria, los riesgos del creciente vínculo con China tampoco son menores e invitan a tener una visión menos ingenua. Ayer, en un encuentro de alto nivel organizado por el Atlantic Council (el lema fue “La industria latinoamericana: ¿Cuál es el rol de China?”), esos riesgos y visiones quedaron plasmados. Casualmente (o no), el Presidente parte mañana hacia Oriente para el G-20 y mantendrá una bilateral con su contraparte china, Xi Jinping.
“Para los exportadores, China es un mercado muy importante, pero también es un competidor en otros mercados, como lo es en Latinoamérica y, claramente, afecta las cadenas de valor regionales y la creación de espacios de inversión”, resumió Enrique Mantilla, titular de la Cámara de Exportadores de la República Argentina (CERA).
Los riesgos, analizaron los presentes, podrían acentuarse si el Gigante asiático adquiere, finalmente, el estatus de “economía de mercado” a finales de 2016. Será un tema que ganará espacio en el debate público, y no sólo por estas pampas. El más categórico fue Luis Betnaza, reconocido dirigente de Techint. “Está claro que China no es una economía de mercado”, dijo. Sería, graficó Dante Sica (Abeceb), como “encerrar un zorro en el gallinero”.
“No podemos dejar que un solo país sea la fábrica del planeta, y más en un lugar en donde no se respetan los derechos de propiedad”, indicó el mexicano Manuel Molaro, director general adjunto del Instituto Mexicano de Competitividad (IMCO), quien insistió en la necesidad de que el Gobierno de China “explique cómo se fijan los precios y cómo otorgan el financiamiento a sus empresas”.
El ex secretario de Relaciones Económicas Internacionales y actual director del departamento de Comercio Exterior de la UIA, Alfredo Chiaradía, advirtió que reconocer a China como economía de mercado “quitaría márgenes de libertad para aplicar mecanismos de defensa”.
“Proximamente se cumplen quince años de la adhesión de China a la Organización Mundial de Comercio (OMC), período en el cual no logró cumplir con los requerimientos necesarios para ser considerada una economía de mercado”, señaló Adrián Kaufmann Brea, N°1 de la UIA, en el encuentro. “La industria argentina quiere y debe competir internacionalmente, pero en condiciones de igualdad y no en un contexto caracterizado por deslealtades comerciales”, acotó el industrial.
Unas horas más tarde, la UIA difundió una carta enviada a la canciller Susana Malcorra, el jefe de Gabinete Marcos Peña, el ministro de Producción Francisco Cabrera y el ministro de Hacienda y Finanzas Públicas, Alfonso Prat-Gay. Allí, ratificó su postura.
“La UIA en representación de todos sus socios, manifiesta su preocupación ante las implicancias negativas de un eventual reconocimiento de la República Popular China como economía de mercado por parte de la República Argentina en las actuales circunstancias”, decía la carta.
“En el caso de que Argentina otorgue este reconocimiento a favor de China, se producirá un grave desvío del comercio de productos chinos hacia nuestro país. El ingreso de estos bienes en condiciones de competencia desleal y precios artificialmente bajos, impactará de forma inmediata, y desde ya negativa, sobre el entramado productivo de la industria nacional y sobre los puestos de trabajo que lo sostienen”, ampliaron los industriales.
