En cierta medida el sector industrial de la provincia de Santa Fe es un fiel reflejo de lo que ocurre a nivel nacional, tanto por la estructura productiva de la provincia del litoral, los diferentes sectores que integran las listas de ganadores y perdedores en cuanto a nivel de actividad y volumen de negocios, como por las razones detrás del desempeño en cada uno de esos sectores.
Un reciente informe de la Federación Industrial de Santa Fe (Fisfe), advierte que en términos generales la industria en la provincia tuvo un mes de junio caracterizado por un escenario de crisis “debido a la caída de la demanda interna y de las exportaciones, agravado por los mayores costos de producción e importaciones competitivas”. De acuerdo a un despacho de la agencia Télam, el informe de Fisfe destaca que la industria automotriz, el sector frigorífico y el complejo metalúrgico se encuentran entre los sectores más afectados.
“Durante el primer semestre de 2016 la industria frigorífica bovina acumuló un retroceso interanual de 8%, la industrialización de leche se contrajo 19,6%, la producción de acero cayó 18,9%, el complejo metalúrgico exhibió una contracción de 4,1%, mientras que la producción automotriz se replegó 28,8%”, señala el documento. Esta coyuntura reviste especial relevancia por cuanto estos sectores, que explican en conjunto las dos terceras partes del producto industrial de Santa Fe, tuvieron una caída promedio interanual de 15%, en tanto que la actividad de la construcción registra índices 14% por debajo de los indicadores de 2015.
Panorama agroindustrial
El informe destaca que “la faena bovina en Santa Fe mostró en junio de 2016 un retroceso interanual de 11,6%, acumulando en el primer semestre una caída de 8% respecto a igual lapso de 2015”. El documento agrega que “en términos de kilogramos procesados la merma interanual en junio último alcanzó a 6,6%, evidenciando el mayor peso promedio de las carcasas”.
En cuanto al sector lácteo, la provincia de Santa Fe es clave en la principal cuenca lechera del país. En este sentido, el sector industrial o las llamadas usinas lácteas, están pasando un momento muy delicado. Es que la industrialización de la materia prima registró un segundo trimestre del año con “un derrumbe del 30,6% en relación a igual período del año anterior”.
El informe explica que “la industria láctea ostenta actualmente niveles de producción mínimos históricos. A las dificultades climatológicas y sus secuelas sobre el sector primario se adiciona la retracción del consumo interno, la debilitada demanda mundial y los mayores costos de producción”. El factor climático fue clave en la actualidad del sector industrial lácteo, ya que la recepción de leche alcanzó en el primer semestre de 2016 a 1.077 millones de litros, equivalente a una caída interanual de 19,6%. “La crisis hídrica impactó con severa intensidad la producción en prácticamente la totalidad del territorio de Santa Fe”, asegura Fisfe. En junio pasado la recepción de leche en las plantas santafecinas “cayó el 29,3% interanual, mientras que la producción nacional se retrotrajo 17%”.
Los desafíos
En este escenario complejo a nivel productivo provincial, también hay sectores que perfilan un panorama positivo. Entre las actividades que presentan una coyuntura favorable sobresale el sector oleaginoso, que tuvo un despegue del 76,2% durante el primer semestre del año, sin embargo, entre abril y junio se detuvo la expansión, con una baja del 2% en un contexto en el que hubo una elevada base de comparación interanual.
Por otra parte, se destaca el dinamismo de la industria de maquinaria agrícola y los biocombustibles.
El frente externo presenta algunos desafíos importantes. Durante el primer semestre del año las exportaciones de productos primarios “presentaron claras mejoras mientras que las originadas en varias actividades fabriles continúan exhibiendo severos retrocesos, evidenciando la necesidad de readecuar el perfil de inserción internacional e implementar un plan de desarrollo industrial”, apunta el documento.
Es el resultado de un combo que incluye el incremento en volumen de las importaciones argentinas, en un marco de caída de precios internacionales y un escenario recesivo e inflacionario interno “que desplaza la producción industrial”.
