En diálogo con El Economista, Martín Litwak (socio principal de la firma Litwak & Partners) comenta las preferencias de los contribuyentes a la hora de blanquear sus patrimonios. “La inmensa mayoría de la gente se inclina por pagar 5% o 10% y luego tener libre disponibilidad de sus fondos”. También, dice, “hay un creciente interés en los fondos cerrados de inversión, pero aún no se cuenta con mucha información al respecto”. Sobre los bonos, añade: “Definitivamente, no resultan tentadores, especialmente el más corto”.
Los expertos comentan que el elevado interés inicial de los contribuyentes por ingresar al “sinceramiento fiscal” propuesto por el Gobierno se está debilitando, y citan varios factores explicativos. ¿Usted percibe lo mismo y, de ser así, a qué lo atribuye o, por el contario, tiene una visión distinta?
Comparto la percepción pero es algo esperable. Al principio, la gente estaba bastante confundida sobre el alcance de la amnistía y debía, además, definir qué profesional (o equipo de profesionales). Hoy hay mayor claridad sobre el primer punto y mucha gente ya decidió quien o quienes se van a ocupar de su tema. Teniendo en cuenta nuestra experiencia en otros procesos de amnistía en la región, intuíamos que esto iba a pasar. Entiendo que el interés va a resurgir hacia mediados de septiembre y octubre, cuando el tiempo (que no es muy largo) comience a acabarse.
Hace unos días, escribió en su cuenta de Twitter (@MartinLitwak) lo siguiente: “Si el Gobierno argentino piensa q ya comunicó todo lo q tenía q comunicar c/respecto al #blanqueo, está cometiendo un error garrafal”. ¿A qué se refiere y qué debería estar haciendo que no hizo?
La amnistía es un proceso que dura, en principio, seis meses. O nueve si tomamos como fecha final el 31 de marzo de 2017. El Gobierno no puede hablar sobre el tema dos semanas y pretender que contribuyentes que durante ochenta años buscaron opciones para ocultar su patrimonio se presenten felices de la vida ante AFIP. El Gobierno debería hablar de la amnistía todo el tiempo y explicar mucho más a fondo (sin caer en amenazas o campañas de prensa) qué es lo que está pasando a nivel mundial en materia de intercambio de información financiera. La gente debe entrar a la amnistía porque el mundo cambió, y no porque Argentina luce mejor que hace ocho meses.
Hay diversos mecanismos para “blanquear” los patrimonios no declarados. ¿Cuál suscita más interés y por qué?
La inmensa mayoría de la gente se inclina por pagar 5% o 10% y luego tener libre disponibilidad de sus fondos. También hay un creciente interés en los fondos cerrados de inversión, pero aún no se cuenta con mucha información al respecto. Definitivamente los bonos no resultan tentadores, especialmente el más corto.
Estamos en abril de 2017 y, por el motivo que fuere, un contribuyente no declaró su patrimonio (pongamos, como ejemplo, una cuenta bancaria), radicado en un país que suscribió el famoso “convenio de información” con la AFIP. ¿Qué podría pasar si se lo detectara?
El tema no es qué pasaría “si se lo detectara” porque, si estamos hablando de alguno de los más de cien países que subscribieron el Common Reporting Standard promovido por la OCDE, no hay forma de que no se detecten estos fondos. Y, al llegar la información a la AFIP, en forma automática y sin que sea necesario un requerimiento de ninguna autoridad argentina, el contribuyente estará sujeto a severas multas, intereses y, dependiendo del monto de que se trate, tendrá eventualmente responsabilidad penal.
