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¿Cómo quedaron las acciones de los bancos tras los balances?

Los inversores interesados en invertir en los bancos (que se colgaron la medalla dorada de la temporada con ganancias) se encuentran con una realidad que luce heterogénea en materia de valuaciones y rentabilidad, y deben priorizar la selectividad. Las claves a mirar.

22 agosto de 2016

por Nery Persichini (*)

La presentación de los resultados del segundo trimestre del año ya es historia en la Bolsa. Con todos balances sobre la mesa, para la mayoría de los sectores fue innegable la recesión. Pero los bancos, considerados en conjunto, pudieron colgarse la medalla dorada de la temporada con ganancias promedio que, al menos, le hicieron frente a la inflación.

Los inversores interesados en invertir en estas entidades se encuentran con una realidad que luce heterogénea en materia de valuaciones y rentabilidad y deben priorizar la selectividad.

Las compañías cotizantes no estuvieron ajenas al contexto recesivo de la primera mitad de 2016. Empresas industriales, petroleras, energéticas y ligadas a la construcción tuvieron resultados que preferirían olvidar rápidamente. En cambio, empresas del segmento agrícola registraron una mejor performance contable en lo que va del año gracias a los efectos producidos por las primeras medidas del Gobierno relacionadas con la quita de retenciones y la devaluación.

Las claves

Pero fue el sector bancario, en promedio, el que sacó a relucir las mejores credenciales en la presentación de resultados. A pesar de que la actividad de intermediación financiera fue moderada (condicionada por la economía real), el denominador común de la fortaleza relativa fue el crecimiento de los ingresos financieros por encima de los egresos financieros. Esta mejora considerable del margen financiero se explicó, en buena medida, por las inversiones en títulos públicos y Letras del BCRA (Lebac).

Además, en línea con el elevado nivel de tasas de interés vigente entre abril y junio ?la Lebac llegó a rendir 38% anual?, las tasas activas de los bancos se dispararon y potenciaron las utilidades en sus líneas de financiación. La Tabla resume los resultados netos trimestrales y semestrales de los bancos con sus respectivas variaciones interanuales. Esta información se complementa con

la evolución acumulada de cada acción en el año.

Banco Macro (BMA) mostró los números más auspiciosos del lote de entidades financieras del Panel Líder. La ganancia semestral creció 66% anual mientras que el resultado trimestral escaló 119%, prácticamente triplicando la inflación de los últimos doce meses. En lo que va del año, BMA registra un alza de 43,9% en la Bolsa de Buenos Aires. Por el lado del Panel General, sobresalió Banco Patagonia (BPAT). Su ganancia neta entre enero y junio avanzó 50% frente al mismo período de 2015, al mismo tiempo que su utilidad trimestral creció 74% anual. En 2016, la acción de BPAT marca una suba 60%.

Asimismo, los últimos meses fueron novedosos por la llegada de una nueva entidad financiera a la plaza bursátil: el Grupo Supervielle (SUPV), la primera empresa local en hacer una Oferta Pública Inicial (OPI) luego de que Argentina saliera del default. Desde que empezó a cotizar, SUPV tuvo un alza de 23,1%.

Tras una mirada a los balances, se podría pensar que Supervielle, a priori, tuvo los mejores resultados contables. Sin embargo, esto no es una señal unívoca de que la acción sea preferible a las otras del sector. Un análisis algo más profundo demanda el estudio de, al menos, un par de indicadores de valuación y rentabilidad relativa como lo son Precio-Ganancias (Price-Earnings o P/E) y Rentabilidad sobre Patrimonio Neto (Return-On-Equity o ROE), respectivamente. P/E y ROE Los inversores pueden tener una buena aproximación para definir las mejores acciones del sector en función de la configuración de las medidas

P/E y ROE

Por un lado, el P/E muestra cuántos años de ganancias contables por acción son necesarios para cubrir el precio actual de una acción.

Es una medida de tiempo de recupero del capital bajo el supuesto de que la empresa mantiene constante su nivel de ganancias (últimos 12 meses) y que distribuye completamente sus utilidades. Cuanto menor sea el P/E, más “barata” es la acción frente a sus comparables.

Por el lado de la rentabilidad, el ROE es la división entre las ganancias netas y el patrimonio neto promedio de la firma. En otras palabras, es un porcentaje de cuánta rentabilidad generó en el último un año cada peso del capital invertido por los accionistas de la sociedad. A mayor ROE, más rentable y atractiva es la empresa.

Con estas consideraciones, lo ideal para todo inversor en aras de la selectividad son acciones que combinen bajo P/E y alto ROE. En términos gráficos, el cuadrante más interesante está abajo a la derecha. En ese lugar, hoy se destacan las acciones de BMA, BPAT y GGAL, que poseen ROE de entre 35% y 40% y P/E de menos de once años.

En la esquina opuesta, aparece SUPV con una configuración poco atractiva. A pesar del crecimiento de las ganancias expuesto anteriormente, este banco ahora tiene un mayor capital social debido a la emisión de nuevas acciones. Esto provocó un deterioro en el ROE (por aumento del patrimonio neto) y una contracción de los beneficios por acción (por efecto dilución) que elevó el P/E hasta casi 19 años.

En definitiva, aunque los bancos tuvieron una buena temporada de balances, la realidad está lejos de ser homogénea dentro del sector. Por eso, es importante que el inversor cuenta con herramientas depuradoras para mejorar la elección de activos. La combinación de los ratios P/E y ROE, aunque tiene como insumo la historia reciente, puede dar indicios correctos para armar un orden de preferencia de acciones bancarias.

(*) Economista.

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