Desde hace al menos dos años la recesión en Brasil está afectando sobremanera el desempeño de uno de los sectores clave para la economía argentina como es la industria automotriz. Los últimos datos relevados por la Asociación de Fábricas de Automotores (Adefa) indican que la producción nacional de las 11 terminales registró en julio un retroceso del 9,5% respecto de junio pasado y una caída del 13,3% en la comparación con el mismo mes de 2015. Las ventas a concesionarios exhibieron un descenso del 16,6% respecto de junio y del 2,4% frente a julio de 2015.
En cuanto a las exportaciones, claramente afectadas por la menor demanda brasileña, se registraron bajas del 10,6% en relación a junio de 2016 y un desplome del 38,3% en relación al mismo mes del año precedente. Entre los industriales del sector reina un clima de cautela para los próximos meses, esperanzados con un sostenimiento de las ventas en el mercado interno, y evidente preocupación por la debilidad que muestra la demanda brasileña.
En este contexto, ayer se conocieron los datos de producción de vehículos en Brasil, que tuvieron una caída interanual del 15,3% en julio, totalizando 189.900 unidades producidas. Según datos de la Asociación Nacional de Fabricantes de Vehículos Automotores de Brasil (Anfavea) en el acumulado de los primeros siete meses del año la caída registrada llega al 20,4%, con una producción de 1,2 millones de vehículos. Según las previsiones de Anfavea este año se llegará a una producción de 2,29 millones de unidades, un 5,5% de retracción en relación a 2015.
El lado B
Anfavea destaca el hecho de que en julio las exportaciones de vehículos (incluyendo maquinaria agrícola) crecieron 24,6% comparado con idéntico mes de 2015, totalizando US$ 939,3 millones. En volúmenes las exportaciones de automóviles, camiones y ómnibus crecieron el mes pasado un 61% interanual. Para los industriales brasileños el mercado argentino es atractivo, ya que creció un 6% en el año. Pero además, creen que hay espacio para la mejora a partir de acuerdos sectoriales que se están negociando con Perú y Colombia.
“La posibilidad de exportación es importante para minimizar la capacidad ociosa del sector”, admite Antonio Megale, presidente de Anfavea. Como queda claro, Brasil representa el lado B de la coyuntura que atraviesa la industria automotriz argentina. Un incremento de importaciones brasileñas supone pérdida de ventas en el mercado interno, el único sostén de la actividad automotriz por estos días. Y además, la competencia en mercados de América Latina presiona sobre la necesidad de diversificación de mercados que están intentando desarrollar las terminales argentinas.
Al respecto, Gonzalo Dalmasso, coordinador de Análisis Sectorial de Abeceb, sostiene que “hoy las ventas en el mercado interno argentino se desaceleraron un poco, aunque se espera que se termine el año con unos 660.000 patentamientos” y advirtió que “también hay un contenido mayor de importados, por una cuestión de cambio de política comercial y obviamente por la situación que está viviendo Brasil”.
Dalmasso asegura que el último mes el mercado brasileño tuvo un ligero repunte de las ventas, aunque todavía no permite empezar a pensar en una recuperación para este semestre, pero “sí refuerza la idea que venimos barajando hace algunos meses de que la economía y el mercado brasileño tocaron fondo este año y para el año que viene, las expectativas son de alguna mejora, que seguramente será gradual”.
Pese a todo, parecíera haber algunos brotes verdes del otro lado de la frontera. Fenabrave, la asociación de concesionarias brasileñas, ajustó hacia arriba sus expectativas de ventas de 2 millones a 2,09 millones para este año, y para 2017 espera que se patenten entre 2,2 y 2,3 millones de unidades.
