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Aumenta la amenaza de fraude informático

Las empresas admiten estar cada vez más expuestas a los ataques de los hackers, aunque no tienen un plan para combatirlos. ¿Qué dicen los expertos?

30 agosto de 2016

por Florencia Barreiro

Los fraudes informáticos ya son el segundo delito económico más reportado por las empresas de América Latina, según la última Encuesta Global sobre Delitos Económicos 2016, elaborada por PwC. En la mitad de los casos, las organizaciones no tienen un plan de contingencia para afrontar y entender los riesgos a los que se enfrentan. Este delito pasó de ser reconocido por el 20% de los empresarios hace dos años a ser admitido por el 26% de los encuestados en la última edición.

“Es importante que las organizaciones tomen conciencia de esta amenaza para evaluar todo su ecosistema de negocios en la región”, comenta Diego Taich, director de Forensic Technology Solutions de PwC Argentina. “Los hackers están las 24 horas del día buscando sus vulnerabilidades”.

Según el estudio, una de cada tres compañías de la región experimenta un fraude corporativo. La encuesta regional , que incluye a 1.139 organizaciones en 14 países , pone a la malversación de activos (con 78% de respuestas) al frente de la lista de los delitos más frecuentes, seguida por los informáticos, el uso indebido de información privilegiada (21%), sobornos y corrupción (21%); y fraudes de compras (18%).

A pesar de ocupar el cuarto lugar, los pedidos de coima ocupan un lugar preocupante en las organizaciones: 39% de las empresas latinoamericanas afirma estar expuesta a este tipo de situaciones. Y casi la mitad asegura que las autoridades locales de cada uno de los mercados no están preparadas para hacerle frente.

A pesar de los resultados, solo una de cada tres empresas proyecta invertir más recursos en sus programas de compliance para luchar contra los delitos económicos. El 39% de las organizaciones no llevaron a cabo una evaluación de los riesgos de fraude en los últimos dos años; y menos del 20% la realiza dos o más veces por año.

La encuesta de PWC destaca, por ejemplo, que el 22% de las firmas de servicios financieros no hizo evaluaciones de riesgo relacionadas a la prevención de lavado de activos o a la lucha contra la financiación del terrorismo.

Según el informe, la amenaza proviene tanto desde el frente interno como externo: el 55% de los fraudes en la región fueron cometidos por un empleado y el 45% restante por sus clientes, proveedores y/o socios.

Asimismo, en la región, los mandos medios y la alta gerencia de cuello blanco son más propensos a cometer delitos: el 57% del fraude interno fue atribuido a este grupo (comparado con el 51% de la encuesta global). Para tres de cada cuatro, haber detectado la oportunidad fue el principal incentivo para hacerlo.

Las grandes corporaciones ?con más de 500 empleados ? tienen más del doble de probabilidades (67%) de sufrir uno de estos delitos. En estos casos, además, los montos y la cantidad de operaciones involucradas son mayores.

Respecto de las políticas de prevención, la encuesta arrojó que la manera más frecuente de detectar un fraude es a través de la auditoría interna: el 16% de los casos fueron detectados de esta manera. Sin embargo, solo el 34% de los encuestados disponen de un plan de respuesta a un incidente.

“Publicar un código de ética y designar un oficial de cumplimiento no resultan acciones suficientes para luchar contra el fraude y la corrupción” explica Jorge Bacher, Socio de PwC Argentina. “Las organizaciones tienen que asegurar en cada rincón donde operen, que sus empleados y socios de negocio actúen de manera íntegra y transparente”.

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