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Advierten un escenario laboral grave, pero con potencialidades

Economistas opinan que hay margen disponible para expandir la PEA y que el desempleo bajará si la economía se pone en marcha.

25 agosto de 2016

El tan mentado plan del Gobierno para alcanzar la “pobreza cero” parte de un escenario adverso si se considera al empleo como una herramienta clave para avanzar en ese sentido. Los datos del mercado de trabajo publicados esta semana por el Indec muestran números débiles y evidencian falencias estructurales. En el segundo semestre del año, por ejemplo, el desempleo alcanzó el 9,3%, mientras que el empleo fue de 41,7% y la tasa de actividad de 46%. La informalidad, por otro lado, afectó a uno de cada tres asalariados.

Economistas de distintas vertientes coincidieron en la gravedad de la situación actual, aunque advirtieron que no es una novedad, sino que responde a una dinámica de varios años. Opinaron que hay ciertas esperanzas en la posibilidad de expandir la población activa y agregaron que, si la economía se pone en marcha, el desempleo puede reducirse progresivamente, aunque a paso lento.

El escenario actual

Desde la Consultora Ledesma señalaron que los datos difundidos por el Indec confirman la existencia de una tasa de actividad económica y de empleo baja en términos internacionales. “Tenemos un porcentaje muy alto de población pasiva que directa e indirectamente está siendo bancada por los que tienen una ocupación, explicando en parte por qué los que trabajan sufren semejante presión impositiva”, señalaron.

Por su parte, Luciano Cohan, director de Elypsis, consideró que los números muestran “una suerte de luz amarilla, porque son coincidentes con un escenario recesivo”

Ambas fuentes coincidieron en que si bien el mercado de trabajo se ve ahora afectado por un contexto de enfriamiento, los problemas en este campo no son nuevos. En este sentido, Cohan consideró un “disparate” pensar que el millón y medio de personas desempleadas “se quedó sin trabajo ayer”.

La nuevas autoridades del Indec relevaron casi 400.000 desempleados más respecto de 2015, sin embargo solicitaron descartar interpretaciones lineales, dado que la variación pudo deberse tanto al blanqueo de desempleo “oculto” y categorizado como inactivo, como a cambios en las ponderaciones o al aumento real del número de desempleados.

La informalidad es otro de los problemas profundos del mercado argentino de trabajo ?persiste por encima del 30% de los asalariados?, al igual que la baja inserción laboral de los jóvenes, que muestran un tasa de desempleo muy alta en relación con otros segmentos y muy difícil de alterar.

Según Gerardo García Oro, del IERAL, sobre un total de 5,1 millones de jóvenes de entre 18 y 24 años, más de 2,6 millones (53%) enfrenta al menos un inconveniente de inserción social, ya sea por falta de estudios como por no dar con un empleo productivo y formal que le permita comenzar a desarrollarse en forma óptima.

En este sentido, la tasa de desempleo juvenil se mantiene en torno al 19% de los activos, lo que resulta entre dos y tres veces superior al promedio de otros segmentos y representa a 500.000 jóvenes desocupados entre 18 y 24 años.

Expectativas a futuro

En medio de este panorama, es posible detectar algunas potencialidades. Para Juan Luis Bour, economista jefe de Fiel, un aspecto de posible mejora responde a la capacidad que exhiben ciertos segmentos poblacionales para traccionar a favor de la expansión de la tasa de actividad. Allí se ubican las mujeres (que registraron una tasa de actividad de 47,2% contra el 69,6% de los varones), los jóvenes (47,5%) y las personas de menor o nula calificación, que mediante programas de capacitación podrían abandonar las filas de los inactivos.

Según sus cálculos, la tasa de elasticidad empleo-producto ronda actualmente el 0,30% por lo que para lograr que el empleo crezca el 1% en 2017 es necesario que el producto lo haga en 3 o 4%. Esto es consecuencia de la capacidad ociosa existente, pero si en los años siguientes el crecimiento se mantiene la creación de empleo será mayor. De todas maneras, parece difícil lograr que se generen más de 200.000 empleos por año como aspira el Gobierno.

“Mi impresión es que en un período de buen crecimiento, Argentina podría aspirar a un desempleo de entre 5% y 6%”, consideró Cohan, y agregó que ese sería un número saludable, incluso en comparación con los de otras economías en proceso de crecimiento. Según el economista jefe de Elypsis, “que caiga 1 punto el desempleo por año sería un número aceptable”. “Menos dejaría sabor a poco y para eso yo estimo que se necesita una economía creciendo alrededor de 3 %”.

De acuerdo a la percepción del economista Martín Tetaz, si la economía argentina se reactiva, crece a partir del año que viene y mantiene ese crecimiento podría lograrse bajar “con relativa facilidad” hasta el 7% la tasa de desempleo. “Más allá del 7% vamos a necesitar trabajar mas profundamente en los determinantes estructurales”, consideró.

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