Durante los años del kircherismo era habitual el debate entre quienes sostenían que el crecimiento económico era producto del viento de cola internacional y los que lo atribuían a la acertada política interna. Luego en las épocas menos favorables los roles se invirtieron y el oficialismo sostenía que “el mundo se nos cayó encima” mientras que la oposición apuntaba a los errores del Gobierno.
Más crédito
Hoy ese debate no está presente pero puede decirse, que en líneas generales, el contexto global es favorable para el país. Es cierto que el mundo crece a tasas menores luego de la crisis de 2008 pero no hay ninguna posibilidad de que haya una recaída en la recesión. Pero, precisamente, para acelerar la recuperación los Bancos Centrales inundaron de dinero al mundo y las tasas están en niveles muy bajos. En este contexto, habrá crédito disponible para Argentina en los próximos años. Por otra parte, no se observan movimientos bruscos en materia cambiaria y eso asegura un dólar relativamente estable sin una fuerte apreciación a nivel global lo cual también es una buena noticia para el país. Si bien una moneda estadounidense más floja asegura que los precios de las commodities que exporta Argentina mejoran su precio, es importante que al menos se haya frenados su apreciación. A su vez, los productos que constituyen la base de la oferta exportadora argentina conservan precios razonables más allá de que hayan retrocedido luego del pico alcanzado años atrás. Por otra parte, un país clave para Argentina como es Brasil está mostrando algunos signos de mejora y China, que es importante porque le pone un piso al precio de las materias primas, se desacelera menos de los que se pensaba.
