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“Reducir los costos es un tema pendiente”

EDICIÓN ESPECIAL 65 ANIVERSARIO. Entrevista a Daniel Montamat, Director de YPF.

11 julio de 2016

Ex secretario de Energía, presidente de YPF hacia fines de los '80, y uno de los actuales directores de la petrolera nacional, Daniel Montamat asegura que es posible lograr un funcionamiento rentable para el desarrollo del sector energético. “Tenemos que ir hacia costos que dejen una renta atractiva tanto para las provincias que reciben regalías como para el Estado Nacional y las empresas petroleras”, asegura en diálogo con El Economista.

En la COP21, en París a fines del año pasado, la mayoría de los países se comprometieron a ir hacia un nuevo paradigma energético. ¿Hacia dónde se dirige el mundo en materia energética?

Creo que el paradigma energético va hacia a un cambio y tenemos que ya ir tomando acciones para una transición ordenada que tiene que tener como objetivo que el desarrollo económico sea sustentable, porque no es cierto que para responder a las exigencias de una política que atienda al cambio climático haya que dejar de crecer. Hay que hacerlo pero con otra ecuación energética. Por eso los dos ejes de ese desarrollo sustentable deben ser desenergizar la economía, es decir, mejorar la tasa de intensidad energética, que mide la relación de consumo de energía por producto generado, y descarbonizar la energía. Que la oferta energética esté más diversificada y vayan teniendo más importancia relativa las energías alternativas antes sobre las fósiles, con una salvedad: dentro de ese cambio, tenemos que ir primero a una transición intrafósiles que sustituya petróleo y carbón por gas natural, que es mucho menos contaminante y donde existen abundantes reservas, no solo en Argentina sino en el mundo, más con el horizonte nuevo que han abierto los recursos no convencionales. Luego de esa transición al gas, tenemos que ir habilitando todas estas energías renovables, muchas de las cuales vienen reduciendo sus costos y se han hecho ya mucho más competitivas. Algo ya se está haciendo. Ya hay cierta sustitución del carbón por el gas natural, sobre todo en Estados Unidos, y por el lado de la eficiencia energética, se están implementando ya medidas para usar más eficientemente los recursos. Hasta 1973, la tasa de intensidad energética era superior a 1 y hoy el mundo está en promedio alrededor del 0,7, pero con una serie de medidas, se puede ir rápidamente a 0,5. Mientras tanto, también avanza el costo del desarrollo de energías alternativas. Ha bajado muchísimo el costo de los paneles solares, de los molinos eólicos, y hay buenas noticias en el frente de la acumulación electrónica, que ha sido un problema siempre para este tipo de energías, que son intermitentes.

¿Cómo imagina la matriz energética argentina dentro de algunas décadas?

Hoy nuestra matriz primaria depende en 87% aproximadamente de petróleo y gas, y en electricidad, casi 65% de energía térmica. Creo que deberíamos ir a un mix donde se reduzca la participación de la energía térmica en la matriz eléctrica y vuelva a una relación de 50% a 50% junto a otras energías como la hidráulica y la solar. entonces se descomprimiría y diversificaría también la oferta primaria. Si se vuelve a tener horizontes de largo plazo, esto se puede llevar a cabo en las próximas dos décadas. Además, nuestra matriz gasífera nos permite acompasar la tendencia internacional a la transición intrafósil mientras vamos diversificando hacia las energías alternativas.

Vaca Muerta y los no convencionales han abierto una puerta para el país en materia de gas natural. ¿Cuáles son los principales desafíos que tiene que resolver todavía para desarrollar su potencial plenamente?

Tenemos que resolver el problema de precios relativos logrando precios energéticos que reflejen los costos económicos, y sentar las bases para nuevas reglas que estén para quedarse en el largo plazo y donde el orden jurídico en su estructura piramidal sea respetado, porque a veces se dejaron de lado leyes de fondo con reglas ad hoc. Si tenés una estrategia, vas solucionando el problema de recomposición de precios relativos, yendo a precios de referencia internacional donde podés tener internacionalización de mercado, y tenés una normatividad e institucionalidad que te dé horizonte de largo plazo, tenés una energía que puede ser palanca de una estrategia de desarrollo. La energía tiene que ser una palanca fundamental del desarrollo económico y social que este país se debe.

Desde el punto de vista micro, siempre surge la cuestión de costos. ¿Se puede evitar la dependencia de los precios altos que tiene el país por sus costos?

Si Argentina internacionaliza sus precios, somos tomadores de precios y ahí aparece el tema que plantea la pregunta; por eso tenemos que manejar los costos. Hay cuestiones para abordarlo aumentando la productividad, adaptando el sistema a las nuevas prácticas que requieren estos recursos no convencionales y donde se pueden hacer ahorros significativos. Tenemos que tener costos que dejen una renta atractiva tanto para las provincias que reciben regalías como para el Estado Nacional que de esa renta recibe impuesto a las Ganancias, como para las empresas petroleras, que tienen que hacer la inversión. Reducir costos es un tema pendiente, pero hay formas de abordarlo. Primero, arreglando ciertas modalidades de trabajo. Para la reducción de los costos above ground hay que incorporar tecnologías nuevas poniendo equipos más eficientes y adaptar la fuerza laboral ?que todavía tiene en cuenta la dinámica pasada de los convencionales? a la mecánica de los nuevos equipos.

¿Qué energía ofrece más potencial para reducir costos?

El desafío de costos es para todas, cruza transversalmente todo el sector. Es un desafío para no convencionales porque son costosas. Tenemos gran potencial en shale oil y gas, pero es lo más caro. En los convencionales también se puede implementar tecnología que reduzca los costos. Y después, las energías alternativas dependen mucho de cuestiones macro: cómo se financian y a qué tasas. Si tenés tasas altas, las energías alternativas, que son capital intensivas al principio, van a tener costos más altos. Por otra parte, muchas de estas energías también están recorriendo curvas de aprendizaje, por lo que cuando se vayan desarrollando tendrán equipos más eficientes y eso se va a traducir en costos más bajos.

Muchos especialistas marcan que el sector de hidrocarburos tiene muy pocas empresas haciendo E&P hoy en Argentina y casi todas majors. ¿Es otro de los desafíos del sector integrar a nuevas compañías?

Sí, hay que abrir el mercado. Necesitamos todos los actores que puedan venir a invertir, en eso hay que ser amplios. En Estados Unidos la revolución del shale la hicieron muchas empresas independientes que contrataban servicios bajando costos y especializándose en esta tecnología. Tenemos que tener más de estas empresas, que tienen know how y tecnología en el desarrollo de no convencionales.

¿Cuál debe ser el rol de YPF en el desarrollo energético?

YPF tiene que hacer proyectos no solo acá sino también proyectarse internacionalmente, buscar negocios rentables en otras latitudes, para ser una nave insignia del capitalismo argentino. Detrás de una gran empresa también hay cadenas de proveedores, pymes que se desarrollan. Tiene que tener un rol importante, pero tiene que ser un actor no excluyente del mercado, que compita sin privilegios y con la posibilidad de ?priorizando la geología argentina? desarrollar también negocios en otras latitudes.

¿Qué metas puede fijarse Argentina en materia energética?

Soy bastante cauto al respecto. Recapitalizar la industria va a llevar tiempo, y llegar a resultados productivos, más. Vamos a seguir siendo importadores de energía, aunque con un nuevo énfasis en el desarrollo del gas natural que puede ir llevando a reducir las importaciones de gas por barco, podremos recuperar una balanza energética equilibrada recién en una década. Por más que se invierta mejor y más eficientemente, debemos esperar los tiempos lógicos para ver esos resultados. Que son más inmediatos en shale oil y gas porque el recurso, pero ahí el tema son los precios; por eso no hay que descuidar los convencionales. Todavía hay en Argentina una tasa de recuperación de petróleo baja que se puede aumentar para que de mayores reservas. Pero estamos hablando de varios años para empezar a ver los resultados.

¿Tiene potencial exportador en energía el país?

A nosotros nos convendría que se internacionalice el mercado mundial de gas natural, que se haga más manipulable, más transable como el petrolero, porque entonces vamos a tener un precio internacional de referencia del gas, y en ese caso quizás podríamos empezar a interactuar en ese mercado internacional y a lo mejor, en algún futuro, pensar en una planta de licuefacción. Pero yo veo nuestros flujos más orientados a la región. Es una ventaja comparativa que deberíamos desarrollar. La región articulada energéticamente tiene saldos exportables interesantes y puede tener en la energía un eje estratégico de negociaciones internacionales. Volver a instalar deberíamos apuntar a mercados regionales de energía es otra idea fuerza muy importante. Hoy tenemos un cuadro de plantas de LNG en toda la región, con una sola en Perú que es para exportar; el resto son de importación porque desconfiamos de los caños que nos unían y fuimos a buscar alternativas de suministro de gas que son más caras. Hay recursos en común, ya hay interconexiones y se pueden sumar otras; el tema es cómo afinamos reglas e instituciones. Argentina tiene potencial para volver a exportar energía en un mercado regional como éste, aunque a lo mejor también implique seguir importando gas de Bolivia, por ejemplo. Hay que tener una idea de mercado regional de energía, donde vamos a ser exportadores e importadores al mismo tiempo, va a haber flujos que van a ampliar la demanda y flujos que van a ampliar la oferta.

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