por Luis Varela
Finalmente, después de cien días de debate permanente, el Gobierno terminó de reglamentar ayer las condiciones del blanqueo de capitales, que tendrá dos etapas, una finaliza el 31 de diciembre y la última terminará el 31 de marzo de 2017. La letra chica del perdón impositivo era leída con gran atención ayer por contadores e inversores y los que quieran sumarse a esta operatoria tendrán la posibilidad de realizarlo a partir del próximo lunes.
Con ese elemento en el centro del escenario, el mercado local siguió mostrando una particular sequía de negocios. Lejos de los montos operados durante de casi todo el primer semestre, con más de $ 1.000 millones por día en bonos y más de $ 400 millones en acciones, ayer el total operado en títulos públicos se redujo a $ 696 millones y lo transado en la Bolsa porteña en acciones fue de apenas $ 201 millones, el monto diario más bajo de los últimos tiempos (equivalente a apenas US$ 13 millones).
La escasez de operaciones, mas por ausencia de compradores que de vendedores, volvió a determinar que los precios de los títulos argentinos estuvieran otra vez para abajo. Hubo un descenso del 0,4% para los bonos y una merma del 1,6% para las acciones. Esta baja en la cantidad de negocios llega con otra particularidad: las transacciones están repartidas cada vez en más papeles. Antes el 70% de lo operado en acciones se hacía en ocho papeles, y ayer se distribuyó en dieciséis compañías.
Entre los papeles privados volvió a repetirse un clima hiper selectivo. Ayer hubo subas del 1 al 12% para Carboclor, Transener, Central Puerto, Central Costanera, Colorín, Quickfood y Longvie. Y caídas del 2 al 8,3% para Petrolera Del Conosur, Minetti, Morixe, Agrometal, Rosenbusch, Petrobras Brasil, Telefónica, TGS, San Miguel, TGN, Siderar, Celulosa, Ferrum, Santander, Dycasa y Caputo.
El mercado también estuvo atento a las declaraciones que llegaron desde la Anses. Sucede que la reglamentación final del blanqueo le abre la puerta para que el fondo de sustentabilidad de las jubilaciones pueda desprenderse de los títulos argentinos que se compraron en tiempos de las AFJP. Desde el organismo ratificaron la verdad tan temida: “Si el blanqueo no produce todo el dinero esperado, el sistema tendrá que sacar los fondos de otra parte, y la ley autoriza a la Anses a vender parte de los papeles que hay en el fondo de sustentabilidad. En este momento el 12% de ese fondo está en acciones y la ley autoriza que se pueden vender papeles hasta que esa cantidad baje al límite del 7% de tenencia”.
Con los operadores listos para empezar a llamar a los contadores a partir del lunes, para saber cómo está evolucionando el ingreso de inversores al blanqueo, el sistema financiero local sigue con un fuerte drenaje de pesos. Con gastos y más gastos por presión inflacionaria que mantienen los precios, el stock total de plazos fijo sigue sin subir absolutamente nada (la renta nueva es retirada por los inversores) y las cajas de ahorro están en un tobogán, a pesar del cobro de aguinaldos que se registró en las últimas semanas.
Con ese marco, el ala Prat- Gay del Gobierno sigue empujando para que el Banco Central acelere la baja de las tasas de las Lebac. Quiere que sean colocadas en una tasa del 25% anual, pero Federico Sturzenegger detuvo el descenso en 30,25% para las Lebac cortas y casi 27% anual para las largas.
Frente a eso, las cotizaciones del dólar siguen firmes. El dólar mayorista subió a $ 15,063, el contado con liquidación escaló hasta 15,11, el dólar oficial está en 15,28 y el dólar blue en 15,52. Para peor, ayer se sumó otra luz amarilla al mercado cambiario: en las últimas dos semanas el precio del dólar está subiendo en América Latina, pasó de 632 a 664 pesos en Chile, mientras que en Brasil se apaga la luna de miel de Temer, y el billete verde volvió a ascender hasta 3,30 reales, cuando hasta principios de mes iba bajando, y estaba a 3,20.
Las condiciones externas siguieron mostrando un mercado global con actividad en descenso. El petróleo volvió a perder precio: declinó hasta US$ 41 por barril, US$ 11 menos que el pico de hace siete semanas. Y los granos en Chicago también apuntaron hacia abajo, con la soja en US$ 369, lejos de los US$ 433 de fines de junio.
