El conflicto entre el presidente Mauricio Macri y el conductor televisivo Marcelo Tinelli no es nuevo. Tuvo su origen el año pasado cuando el conductor invitó a Daniel Scioli a que cierre su campaña en Showmatch. Y llegó la semana pasada a su pico más alto, cuando se cruzaron por una serie de imitaciones del programa. Es por eso que Macri decidió recibir hoy a las 12 en la quinta de Olivos al vicepresidente de San Lorenzo.
Tinelli acusó que una “tropa de trolls” incidió en las redes sociales para manifestarse en su contra. En una entrevista concedida a La Nación, Macri recogió el guante. “No hubo pelea. Él decidió satirizarme y recibió 150.00 tuits de crítica. Investigamos el tema, no hubo trolls ni el Gobierno tuvo nada que ver”, respondiò. Y agregó, “es increíble que Tinelli se ofenda. Me satiriza de mala manera ante tres millones de personas en televisión y se ofende porque lo critican 30 mil tuiteros”.
Ayer, en conferencia de prensa, el jefe de Gabinete, Marcos Peña, señaló que “no tenemos ningún problema con el humor político y no tenemos ningún problema con él”, y agregó que Tinelli le parece “buena leche”. El funcionario llamó a “no sobredramatizar el tema en general” y recordó que el presidente y el conductor televisivo “tienen una amistad y una relación de muchos años”.
La pelea parece tener un trasfondo mayor: la interna que divide a los dirigentes de fútbol por el control de la acéfala AFA y los derechos televisivos.
