En diálogo con El Economista, Martín Tetaz se muestra optimista con respecto al semestre que se acaba de iniciar, aunque sostiene que será difícil perforar el nuevo piso de inflación mensual hacia adelante. “La confianza de los consumidores en la economía se derrumbó en el primer semestre por la combinación de la devaluación y el salto de precios, pero ya hace dos meses que parece haber tocado fondo”, sostiene.
Acaba de salir el Relevamiento de Expectativas del Mercado (REM) del BCRA. Allí, sus colegas ven inflación en baja, crecimiento a partir del cuarto trimestre, dólar relativamente estable y tasas hacia abajo y un mejoramiento gradual de las cuentas públicas. ¿Coincide con esa visión?
Absolutamente. Los factores que empujaron la inflación en el primer semestre ya no están. Habrá abundancia de dólares por lo menos hasta mediados del 2017 y no sería muy razonable por parte del Gobierno volver a aumentar tarifas, mucho menos antes de las próximas elecciones. Pero si bien creo que la economía se estabiliza bien en una inflación entre el 1,6% y el 2% mensual, no soy tan entusiasta por debajo de ese nivel, porque el comportamiento fiscal será expansivo hasta el 2018 y quiero ver si el BCRA cumple con su límite de girarle “sólo” $160.000 millones al Tesoro
Sus colegas coinciden en que la tasa de inflación bajará a una tasa anualizada de 20-25% hacia fin de año, esto es, números más o números menos, la cifra promedio del período kirchnerista. ¿Se puede bajar ese piso inercial en 2017 y tener una inflación en la zona de 12%-17% como plantea el BCRA en su Programa Monetario (PM)?
No es comparable la inflación del segundo semestre 2016 con la histórica meseta del 25% de los últimos años porque ahora no hay inflación reprimida con congelamiento tarifario ni con control de cambios. No es lo mismo que la economía se estabilice en una inflación del 20-25% con todos los precios funcionando libremente, del mismo modo que no es lo mismo bajar la fiebre a fuerza de ibuprofeno y novalgina, que mantenerla baja sin esa medicina.
Las cifras oficiales exhiben que no hay crisis de desempleo ni suba del empleo. ¿Cuándo comenzará a moverse la rueda del mercado laboral?
Hay quienes advierten que, pese al crecimiento proyectado en 2017, no se va a mover mucho. Efectivamente, los datos de aportes a la seguridad social están firmes por encima de las paritarias, lo que muestra que la masa salarial está creciendo por más empleo. No sabemos lo que está pasando con el empleo informal, pero es probable que se haya contraído en el primer semestre y se recupere, de la mano del consumo, en el segundo. No obstante, la economía necesita crear entre 200.000 y 250.000 empleos por año para que no haya problemas de desempleo. Si se estabilizan aún más los precios en 2017 y la economía crece entre 3% y 4%, el empleo puede crecer entre 1% y 1,5% y eso es entre 170.000 y 255.000 empleos
¿Hubo una suba sensible de la cantidad de pobres?
Algunos referentes del FpV hablan de 4 o 5 millones de pobres más desde el 10 de diciembre. El salto inflacionario del primer semestre, sin dudas, hizo que muchas personas que estaban al borde de la línea de pobreza cayeran debajo de ella, y eso refleja cuan precaria era la situación social. No obstante, la comparación siempre hay que hacerla contra los mismos trimestres del año anterior, porque en la primera mitad del año siempre hay precios nuevos y salarios viejos, lo que transitoriamente pone a mucha gente debajo de la línea de flotación. Creo que en la medida en que las paritarias del sector formal derramen, consumo mediante, al sector informal, se normalizará la situación en el segundo semestre. Sin perjuicio de ello, en los últimos 25 años se produjo un quiebre social sin precedentes en Argentina, donde se consolidó un amplio sector marginal, cuya postal son los cinco pisos de la Villa 31. Muchos de esos hogares, según el criterio de los ingresos no son pobres, pero están estructuralmente en condiciones de pobreza. Esa es la gran deuda para los próximos años.
Me consta que en encumbrados despachos oficiales circulan encuestas que muestran que la gente tiene miedo a la economía. Usted es experto en la cruza entre economía y psicología. ¿Cómo opera en el consumidor el miedo y cuándo estima que mermará?
La confianza de los consumidores en la economía se derrumbó en el primer semestre por la combinación de la devaluación y el salto de precios, pero ya hace dos meses que parece haber tocado fondo y, si el dólar y la inflación están bajo control en lo que resta del año, se recuperarán las expectativas tal y como lo hicieron en la segunda mitad del 2002, en el 2010 y a partir de mediados del 2014, en las anteriores devaluaciones.
