por Luis Varela
Con el grueso de los inversores esperando la letra final de la reglamentación del blanqueo y rumiando qué van a hacer con sus capitales ocultos, el mercado argentino de los últimos días adoleció de una condición muy particular: las inversiones financieras que llegaban desde afuera han desaparecido y los volúmenes operados de cayeron como un piano.
Entre los meses de mayo, junio y los primeros días de julio, con el Banco Central pagando altas tasas de interés en Lebac y con el tipo de cambio ubicado en un tobogán descendente, el mercado argentino funcionaba como un imán de capitales, tanto que diariamente se estuvieron operando en varias ruedas volúmenes de negocios del orden de los $ 1.300 millones en títulos públicos y de $ 450 en acciones.
En las últimas ruedas, sin embargo, con las Lebac de los últimos treinta días pagando una tasa del 2,3% mensual y con el dólar empinándose con un aumento del orden del 10% mensual, el monto negociado en papeles argentinos se achicó casi a la mitad: ayer en bonos hubo operaciones por apenas $ 695 millones y en acciones se llegaron a concretar negocios $ 226 millones, uno de los menores montos de los últimos tiempos.
Es obvio que semejante reducción de negocios refleja una clara ausencia de compradores y determina un escenario bastante más débil para las cotizaciones. De hecho, según el Mercado Abierto Electrónico desde el pico de cotización que se registró el 1° de julio último los bonos vienen perdiendo precio, en una tendencia que no es en absoluto importante, pero que puede plantear que la mejora interminable que se inició hace un año puede entrar en una pausa considerable.
De hecho, ayer muchos inversores se comunicaron con sus operadores realizando la misma pregunta: “Tengo bonos largos, DICA y AY24, ¿qué hago, los mantengo o los vendo? Y la respuesta de los consejeros fue casi repetida: “Habrá que ver qué ocurre con el blanqueo; si los números dan bien, Macri tendrá oxígeno para poder competir electoralmente con buenas chances en las elecciones legislativas de 2017”.
¿Qué está ocurriendo de fondo? Muchos tenedores de bonos y acciones están desensillando y lentamente se van pasando a letras cortas, Letes, o directamente a posición dólar. Por eso, ayer el billete verde volvió a estar con precios para arriba, con el oficial en $ 15,23 y el blue en 15,55, con una brecha cambiaria del 2%. Al tiempo que el dólar mayorista volvió a ubicarse por arriba de los $ 15 y el contado con liquidación escaló hasta 15,10.
Este desensille de operaciones está generando una dispersión mucho más grande en los papeles negociados. Antes el 70% de las operaciones se hacía en 6 bonos y en 8 acciones, mientras que en los últimos días esa misma proporción de transacciones (el 70% de lo transado) se realiza en 10 bonos y en 16 acciones.
Con ese marco, ayer hubo una suba del 0,5 al 1,9% para los bonos CO17, ERG16, AD16, TVY0, TVPA, AF17, AS16, PMO18, BDC19 y BP21, y una baja del 0,5 al 1,8% para los bonos PARYD, BD6C6, AA46D, AS17, AO20D, AN18, BPLDD, DICAD, TVPP y PARY. Al tiempo que en papeles privados, mientras el Merval achicó otro 0,37%, los extremos anotaron suba del 3 al 10% para Petrolera Pampa, Caputo, Santander Río, Telefónica y Capex. Y bajas del 1,5 al 5% para Andes Energía, Grimoldi, Aluar y Tenaris. La nota del día la dio la Petrolera Pampa, con Marcelo Mindlin confirmando que tomó el control de Petrobras Argentina en una operación por US$ 892 millones. Y para las próximas ruedas hay que estar atentos con Indupa: Unipar mejoró su oferta por la parte que le falta de la empresa, subió el precio de compra de $ 2,42 a $ 3,47. La CNV había rechazado la propuesta original de la empresa brasileña.
El clima de menos negocios a nivel local se dio con un mercado internacional en el que la Reserva Federal anunció que por ahora no sube las tasas de interés de EE.UU., pero deslizó que puede haber un movimiento en ese sentido en septiembre o diciembre. Con esto, el dólar estuvo débil en Europa pero firme en los países del Pacífico.
La nota del día fue una nueva baja para el precio del petróleo, que achicó hasta 42 dólares por barril por la gran abundancia de inventarios. Y una posición mejor para los granos, con repunte para el maíz y sobre todo para la soja en Chicago, cuyo precio subió de 365 a 371 dólares por tonelada.
