Se dio anoche la esperada (y postergada) reunión entre la gobernadora de la provincia de Buenos Aires y la diputada de la Coalición Cívica y cofundadora de Cambiemos Lilita Carrió. La denuncia de la legisladora contra el jefe de la Policía Bonaerense, Pablo Bressi, vinculándolo al narcotráfico, había generado tensiones entre ambas dirigentes.
El encuentro fue privado y se realizó en el domicilio particular de Lilita, en Exaltación de la Cruz, provincia de Buenos Aires, y se esperaba que Vidal expusiera una defensa de Bressi, del ministro de Seguridad de la provincia Cristian Ritondo y de la necesidad de sumar peronistas a Cambiemos.
Carrió había denunciado semanas atrás un presunto involucramiento de Bressi en actividad ilegal de drogas e informó de los delitos a Vidal en una carta pública, a lo que la gobernadora respondió que la contestación sería “personal”. La respuesta a la carta, recibida en los primeros días de julio, fue postergada luego de varios días de reposo por parte de la diputada.
La posible incorporación de intendentes peronistas que no son del agrado de Carrió también habría formado parte de la reunión, como el caso de Mario Ishii o Alejandro Granados.
