Contra los pronósticos del Gobierno que, sobre el comienzo de su gestión, prometía una inflación anual de entre el 20 y el 25% (“más cerca del 20 que del 25”, se entusiasmaba el presidente Mauricio Macri en enero), la suba de precios todavía no ha dado signos de bajar y algunos economistas advierten que el deterioro del poder adquisitivo de los trabajadores es fuerte y podría agravarse de continuar la tendencia.
En sintonía con las mediciones privadas, el Indec publicó la semana pasada que durante junio hubo una variación de precios al consumidor de 3.1%. El IPC Congreso, por su parte, calculó que la inflación acumulada durante el primer semestre del año fue de 27.1%, más que duplicando el 12.1% que se había producido en igual período de 2015. “Teniendo en cuenta que, para todo el año, buena parte de los gremios cerraron acuerdos salariales en torno al 30% y en cuotas, estamos en presencia de una pérdida del salario real que no se veía desde el año 2002”, sostienen los economistas Alejandro Robba, Emiliano Colombo y Andrés Salles en un informe titulado Análisis y estudio heterodoxo de la economía argentina.
Según especificaron, “en siete meses, los trabajadores formales están perdiendo casi todo el aumento en las remuneraciones del año”, situación que se agrava en el caso de los trabajadores informales. Como muestra de esto, señalaron que los gremios, que hasta principios de este año sostenían como principal reclamo la derogación del Impuesto a las Ganancias, se vieron obligados a cambiar el eje ante la “pérdida impensada de poder adquisitivo” y solicitar la reapertura de paritarias.
En términos de variación anual, los precios crecieron 44.4% entre mayo de 2015 y mayo de 2016, según el IPC CABA que calcula el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires. Los acuerdos que los gremios alcanzaron en paritarias quedaron muy debajo de ese número. Los sectores que mejores aumentos consiguieron fueron los aceiteros y los bancarios (38% y 35% en un tramo, respectivamente). Los docentes de la provincia de Buenos Aires accedieron al 35% de aumento en tres cuotas, del mismo modo que muchos otros sectores los que los acuerdos fueron de 35% para abajo, en dos o más cuotas. Algunos, como el gremio de prensa cerraron incluso por porcentajes bastante menores: 27% en tres cuotas. Gremios como el de comercio, construcción o estacioneros, por otro lado, atendieron a las sugerencias del Gobierno y firmaron acuerdos válidos por 6 meses en torno al 20% ?ya ampliamente licuados por la inflación? que deberían volver a discutirse recién a partir de septiembre.
Según la información aportada por el Indec, entre los rubros de mayor suba durante junio existieron varios de primerísima necesidad. Alimentos y bebidas se elevó 3.2%, Vivienda y servicios básicos 7.1%, Atención médica y gastos para la salud 7.0%. “Se trata de una verdadera tormenta perfecta tanto para los sectores populares como para aquellos argentinos de ingresos medios”, alertaron los economistas.
Respecto a la inflación núcleo, señalaron que mientras el Gobierno y el Banco Central aseguraron que se estaba desacelerando, los datos difundidos por el instituto de estadística nacional revelan que continuó incrementándose, registrando 3% en junio contra el 2,7% de mayo.
Si bien la suba de los servicios públicos no está incluida de manera directa en la inflación núcleo, los economistas destacaron que sí lo está de manera indirecta, dado que los aumentos en los servicios significan un incremento de costos para el empresariado. “El ajuste tarifario termina impactando en la variación del precio de todos los bienes y servicios producidos en la economía ?señalaron?. Ese efecto indirecto de las tarifas en la inflación núcleo llegó para quedarse y durará varios meses más”.
