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Vivir sin Lebac: los martes se quedan sin orquídeas

Las acciones tiemblan en el exterior pero se sostienen bastante bien en Buenos Aires. El foco de atención para los inversores es el escenario post Lebac. La tasa ya se parece mucho a la de los plazos fijo. Con una inflación alta colocar pesos a tasas de interés no luce demasiado atractivo.

13 junio de 2016

por Luis Varela.

Mientras los negocios con acciones están enfrentando un cimbronazo bastante particular, con bajas fuertes en el exterior y particular firmeza en la Argentina, las operaciones con bonos y tasas de interés también se encuentran en este momento con un importante cambio de inflexión.

Se sabe, la semana pasada el Banco Central determinó la cuarta baja en las tasas de las Lebac. Desde el 38% anual que pagaban hasta principios de mayo, ahora pagan 33,25% anual en el plazo más corto de 35 días y 28% anual en el plazo más largo de 252 días. Con esto, por primera vez desde que se aplica la solución de las Letras del Banco Central, las Lebac pagan una tasa similar a la que están pagando los bancos por los plazos fijos.

Antes de la aplicación de las Lebac el sistema financiero argentino tenía un crecimiento mensual (por múltiplos y por plata nueva) de unos 18.000 millones de pesos por mes. Desde que la Lebac llegaron, casi todo el dinero nuevo fue canalizado a esa vía y, en consecuencia, el stock total de plazos fijos que tienen las entidades ha quedado estancado en 650.000 millones de pesos desde febrero, no creció ni una pestaña.

La vuelta a los bancos A medida que las Lebac cortas dejen de pagar una sobretasa por encima de los plazos fijos, el dinero volverá de los bancos a las entidades y en ese nivel empezará a buscar cuál es la nueva canalización que le da el mercado. “Fue cómoda y feliz esta etapa, no teníamos que pensar nada, solo llegar al martes, participar en la licitación de las Lebac, entrar y disfrutar”, bromeó un operador.

En este momento, según analistas consultados por Reuters, la inflación rueda a un ritmo anual del 40%. Y este miércoles Jorge Todesca dará a conocer el primer índice mensual del INDEC tras años de intervención del kirchnerismo. En este momento, con inflación al 40% anual y tasas del 28%, la colocación de pesos a tasa supone una pérdida segura de poder adquisitivo, por lo que no es una solución para mantener el capital logrado.

Con ese compás de espera en las tasas, otro cambio se está viendo en los bonos. Después de tres años de crecimiento casi permanente, en el que se valorizaron nada menos que el 85% promedio, los títulos públicos argentinos acaban de sufrir la primera baja en los tiempos de Mauricio Macri. Entre el miércoles y el viernes de esta semana los bonos perdieron 1,4% promedio, con el riesgo país levantando cabeza nuevamente, al pasar de 495 a 530 puntos.

¿Por qué se produjo este descenso? Por dos razones.

Por un lado, la fuerte mejora que tuvieron los bonos en los “precios contado” hacen que las tasas a vencimiento hayan bajado sustancialmente. Hace dos años los bonos argentinos pagaban una TIR del 12% anual, hace un año era del 9%, al llegar Macri estaba en el 7,5% promedio. Y ahora hay un gran abanico de rendimientos, con los bonos en dólares más cortos ofreciendo una TIR de apenas 2,2% anual y los más largos (con vencimiento en 2038) en el 7,9% anual. Dicho de otro modo, se consiguen tasas todavía jugosas siempre y cuando el vencimiento exceda al mandato actual de Macri. Y hasta que no se vea quién gana las elecciones de 2017, será improbable que los inversores se monten de manera masiva en ese tipo de títulos. Si lo hacen, se podrían estar comprando papeles que deberán ser pagados otra vez por un Gobierno populista, que no respeta las reglas del mercado.

Pero, además de la suba de los “precios contado” y la baja de la tasa a vencimiento, hay otra razón más importante que provocó el actual descenso. Macri fue elegido por el 51% de los argentinos para que baje el gasto público, elimine el rojo fiscal y desactive la presión tributaria récord que está sufriendo la población. Sin embargo, contra todo pronóstico, está tomando una serie de medidas que, no solo no achican el gasto, sino que lo aumentan. “En este momento hay crédito abierto para Argentina, pero qué ocurrirá cuando tengamos un rojo similar al actual y no podamos pedir fondos para cubrir los gastos corrientes. ¿Cómo se pagará la deuda? En los últimos sesenta días los gobiernos argentinos, Nacional, provinciales y municipios, emitieron deuda nueva por 25.000 millones, la mayor parte de los cuales serán usados para cubrir deuda corriente, muchos de ellos pagos a empleados públicos que fueron nombrados por la política.

Los bonos en dólares

Por todo eso que la compra de bonos en dólares aparece en este momento como más acotada. Y se abre una ventana de oportunidad para comprar bonos en pesos actualizados por el CER, la inflación, ya que el Indec empezará a dar datos correctamente a partir del miércoles próximo.

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