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¿Una ley cerrojo para evitar más blanqueos?

“Cuanto más difícil sea cambiar esa ley en el futuro (?) más exitoso será el blanqueo actual”, plantea Sebastián Galiani.

08 junio de 2016

“El Gobierno Argentino una vez más le ofrece a los evasores impositivos un blanqueo de capitales. La verdad, nada original. De concretarse, este blanqueo sería el quinto desde la vuelta a la democracia en 1983, siguiendo los realizados por Alfonsín (1987), Menem (1992- 1996) y Cristina Fernández de Kirchner (2009 y 2013, prorrogado sucesivas veces hasta 2015). La insistencia de los sucesivos gobiernos con esta medida se debe a que los argentinos tienen un gran stock de riqueza no declarado en activos externos”, escribió el prestigioso economista Sebastián Galiana en una nota en el blog Foco Económico. “Aunque en contextos distintos, los blanqueos del pasado tuvieron como objetivo común estimular la economía”, agrega.

Como blanquear capitales “es irreversible” y, además, “costoso”, el éxito de cualquier blanqueo, dice Galiani, “radica en hacerle creer a los evasores que éste es el momento indicado para hacerlo”. No casualmente, el título del post es “Blanqueo de capitales: serás el último o no serás nada”. Por eso, “el promotor debe hacer creer que ésta es la mejor oportunidad para blanquear capitales, que no existirá otra oportunidad en el futuro, y que las consecuencias futuras de ser encontrado en falta serán muy onerosas”.

Sin embargo, como el ministro de Economía hoy no será el mismo que en diez años, “la amenaza de que este blanqueo es el último no resulta creíble” pues, pensará quien tiene activos no declarados, ya habrá una nueva oportunidad y esperará antes de exteriorizar sus activos.

“A pesar de cierto optimismo por parte del Gobierno y de varios analistas, para poder pronosticar el éxito del blanqueo cabe preguntarse cuán diferente es este blanqueo de los anteriores. Si bien el contexto es distinto y se espera que la economía crezca en los próximos años, la experiencia de 1992-1995 muestra que el crecimiento no es suficiente para que un blanqueo sea muy exitoso”, plantea Galiani.

Sobre el Acuerdo de Intercambio de Información en Materia Tributaria de la OCDE, el economista dice que “existen dudas sobre el poder de dicho acuerdo” y “resulta particularmente importante la exclusión de Estados Unidos del mismo”.

En conclusión, dice Galiani, “si se quiere hacer las cosas bien, se debería plantear una ley cerrojo al blanqueo de capitales. Que este blanqueo sea finalmente el último, cambiando así esta atroz tradición argentina de premiar a los evasores impositivos. Cuanto más difícil sea cambiar esa ley en el futuro, no solo más exitoso será el blanqueo actual, sino también mejor nos sentiremos aquellos que no tenemos nada para blanquear. Por supuesto, esto requiere la construcción de un amplio consenso entra las distintas fuerzas políticas”.

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