El fútbol argentino vive semanas atravesadas por un clima de desconcierto y cambios constantes. Ayer, los dirigentes de los clubes más importantes ratificaron el amague de dos semanas atrás al renunciar a sus cargos en AFA. El primero en anunciarlo fue Marcelo Tinelli, que dijo que no se presentará a las elecciones y luego le siguieron Rodolfo D´Onofrio, Daniel Angelici, Matías Lammens y Víctor Blanco. Lo sucedido, indica un paso más certero por parte de estos dirigentes en hacer efectivo el objetivo de conformar la superliga.
Desde Estados Unidos, donde está acompañando a la selección en el marco de la Copa América Centenario, que comienza hoy, el Presidente de AFA Luis Segura señaló que su renuncia está a disposición, “como siempre”. Por otra parte, sus representantes en suelo argentino, el camionero Hugo Moyano y Claudio “Chiqui” Tapia se mantenían firmes en la posición de avanzar en las elecciones del 30 de junio.
La decisión de la Inspección General de Justicia (IGJ), que encabeza María Servini de Cubría, de disponer dos veedores para garantizar “la intitucionalidad de la entidad” y congelar las elecciones, se sumaron a la carta del Gobierno Nacional donde advertía de la situación del fútbol argentino para provocar la reacción de la FIFA que decidió enviar al país una comité “observadora”.
Según Moyano, se trata de una “maniobra para vaciar AFA”, dirigida por el Gobierno con respuesta directa por los dirigentes que anunciaron su renuncia. “Quieren vaciar la AFA para responsabilizar a alguien, cuando los responsables son ellos. Quienes quieren traer la solución son quienes quieren destruir la AFA”, declaró en Radio El Mundo. Sin embargo, no basta para el fútbol local con los problemas institucionales. Los jugadores del seleccionado, que se entrenan para enfrentar el lunes a Chile, esperan que se integre al equipo el crack argentino, Lionel Messi. El 10 del Barcelona se presentó a declarar en España por el juicio en su contra por presunto fraude fiscal, causa en la cual su padre, Jorge, quiere asumir toda la culpabilidad. Su exposición fue corta y siempre con el objetivo de dejar en claro, como el mismo manifestó que “no sabía nada, me dedicaba a jugar al fútbol, confiaba en mi papá”.
