por Luis Varela
Persistió ayer la tendencia desatada el viernes pasado, cuando se conoció que la economía de EE.UU. está generando menos empleo que el esperado: el dólar baja a nivel internacional, las commodities emergen, los capitales buscan oportunidades y, en ese proceso, hay países con alta inflación y dólar en baja que están generando una verdadera fiesta para el dinero golondrina.
En ese sentido, los valores principales que están evolucionando en dirección inversamente proporcional a la baja del dólar son justamente el petróleo y la soja. El barril de crudo saltó ayer 2,2% y cerró a US$ 51,50, su mayor precio de los últimos once meses. Y detrás del petróleo también se observó una tendencia muy firme para el oro, la plata, el aluminio y otros metales básicos (no para el cobre).
En línea con la suba del crudo y los metales, los granos no se quedaron atrás: anotaron consistentes subas en la Bolsa de Chicago. Pero el que más subió fue la soja, avanzó un notable 3,4%, cerró a US$ 434 dólares (estaba a US$ 312 dólares hace cien días), su mayor precio en casi dos años, producto de los graves problemas que están sufriendo por las inundaciones las cosechas de Argentina y Brasil.
Con este fenomenal precio para las commodities, las economías del Mercosur están sufriendo un proceso ya repetido varias veces en la historia. Ayer mismo se conoció que Brasil tuvo en mayo la mayor inflación para ese mes desde 2008. Con un avance de los precios internos del orden del 10% anual, el precio del dólar sigue bajando en el mercado brasileño: rozaba los 4,20 reales en septiembre del año pasado y ahora cotiza a 3,36 reales, de alguna manera imitando el retroceso que tuvo el billete verde en Argentina, deprimiéndose de $ 16 a $ 14 en los últimos meses.
Petróleo y soja en alza, inflación en dólares a todo vapor y monedas apreciándose están generando un momento de algarabía en las Bolsas del Mercosur. Ayer la Bolsa de San Pablo operó con un volumen de 7.000 millones de reales (US$ 2.083 millones de dólares) y el índice Bovespa trepó 2,3%. Al tiempo que la Bolsa de Buenos Aires reunió un elevado monto de negocios de $ 321 millones (casi US$ 23 millones) y el MerVal pudo subir otro 2,7%, ubicándose en 13.624 puntos. Si llega a subir otro 2,7% más alcanzará su récord nominal de todos los tiempos.
La suba anotada por el MerVal fue muy apuntalada por el crecimiento de Petrobras Brasil, que ayer subió la friolera del 10,2%. Sostenida por el avance del petróleo, por descubrimientos de nuevos yacimientos y por una notable depuración en el Gobierno brasileño, Petrobras Brasil sube 22,3% en lo que va de mayo, al pasar de $ 40,15 en el cierre del mes pasado a los $ 49,10 de ayer.
¿Son sostenibles estos valores? Hay muchos elementos en juego que plantean muchos interrogantes para las tres semanas que restan para el cierre del primer semestre. Sobresale la decisión inglesa, que votará el Brexit el próximo jueves 23 de junio. Pero hay mucha inquietud por el descenso que está mostrando la economía norteamericana y también genera mucho nerviosismo el importante achicamiento en las exportaciones chinas.
En el medio de esta discusión, con petróleo y otras commodities que están empujando la inflación de casi todas las naciones, la titular de la Reserva Federal insistió ayer con que el dato de bajo empleo que se conoció el viernes no es suficiente para frenar la suba de tasas, y que el incremento de tipos puede llegar en julio. Frente a eso las autoridades chinas advierten que una suba en la tasa de la Fed generaría un grueso problema para la economía mundial.
En Argentina, lejos de este buen momento para las acciones, y con un leve rebote de 5 centavos ayer para el dólar, un poco sostenido por bancos oficiales, los analistas advierten que muchos sectores están con los niveles de actividad completamente parados. Ayer se conoció que el consumo de carne cayó 6,3%. Y, con el sector inmobiliario temiendo una inminente crisis, también apareció un dato inquietante: la venta de insumos para la construcción se desplomó un 12,5%. Los inmuebles fueron tomados como refugio pero no se construye nada porque es muy difícil vender obra nueva con mirada al mediano y largo plazos.
Otro de los temas que sobresalió ayer fue una nueva colocación de deuda de la provincia de Buenos Aires por medio de dos bonos a tres y diez años por 1.000 millones de dólares, a una tasa que va de entre 5,75% y 7,87% según el plazo, para la financiación de obras de infraestructura. "Esta tasa es la más baja que paga la provincia en su historia. Colocamos a casi la mitad de tasa de lo que colocó la gestión anterior hace un año", dijo el ministro de Economía, Hernán Lacunza.
