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Preocupa al campo el retraso cambiario actual

La apreciación del peso genera retrasos en las liquidaciones al tiempo que suben los costos.

23 junio de 2016

Pese a las modificaciones macroeconómicas que aplicó el Gobierno Nacional, entre las que se cuentan la quita de retenciones, la eliminación de las trabas a la exportación y la apertura del cepo al dólar, el sector agropecuario comenzó a mostrar claras señales de una preocupación por el retraso cambiario que cada vez resulta más evidente. Si bien a principios de año con la devaluación la moneda norteamericana pasó de valer $ 10 a $ 16 ? lo cual permitió una suba del 60% en los ingresos del productor ?, paralelamente los costos y los insumos también se incrementaron, aunque el escenario empeoró hace unos meses, cuando el dólar se estancó en los $ 14 y la renta se redujo en 15%. Esto, sumado al aumento de las tarifas de los servicios públicos, los sueldos y la todavía presión fiscal que azota a las empresas, provocó un fuerte retraso en las liquidaciones, que registraron bajas por cuarta semana consecutiva.

La explicación está la vista: en enero, luego de la asunción de Mauricio Macri, el agro alcanzó una cifra récord de US$ 869 millones, un monto que no logró repetir debido a las inundaciones de abril, que redujeron en gran parte los ingresos por el retraso en la recolección. En tanto, en mayo apareció un repunte con la suma de US$ 821 millones ? la segunda más alta del año ? , pero la baja de la cotización de la divisa estadounidense volvió a generar retrocesos, aún con los buenos precios internacionales de las commodities. “Esta situación no perjudica solamente a las filas de la producción, sino también al comercio y lógicamente a las exportaciones, que dejarán de ser competitivas”, señaló el analista Alejandro Ramírez. Lo cierto es que aún quedan veintisiete millones de toneladas de soja sin vender, lo que representa un total de US$ 12.000 millones que irían a parar al Banco Central, en un momento en el que el Estado depende en gran parte de los chacareros para acrecentar susreservas. En ese sentido, existe una franja que ya vendió lo necesario para cumplir con sus deudas y ahora se encuentra a la espera de una mejora en las cotizaciones para liquidar, tal vez en el segundo semestre, aunque persiste el temor a que el retraso cambiario se mantenga como sucedió la última década.

Más exportaciones y menos consumo

Ramírez resaltó que hasta la fecha aumentaron sustancialmente las ventas externas de trigo, al tiempo que se frenó el consumo. “Se exportaron 5,5 millones de toneladas, representando un aumento del 115%. Contrariamente a esto y generando preocupación, nos encontramos que la industria molinera lleva comprado 35% menos de cereal que lo registrado a la misma fecha del año pasado. Esto ocurre por la disminución del consumo interno de los productos farináceos, como el pan, las harinas y los fideos”, analizó.

De todos modos, avizoró un crecimiento que se dará gracias a los valores de los mercados internacionales, que según el especialista “continuarán con este rumbo de firmeza al menos para los próximos tres meses”.

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